En Memoria De Mons. Gonzalo Marañon

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"Quiero Morir Joven Y No Viejo”

"Quiero morir joven y no viejo. Uno puede ser viejo de edad pero joven de vitalidad, de ideales, de sueño, de proyección, (y de opción)."

 Son palabras de Mons. Gonzalo López Marañón, en su charla a los misioneros y misioneras de La Consolata de la Pastoral Indígena reunidos en Lago Agrio el 16 de abril de 2009.

Conocí a Mons. Gonzalo por primera vez en febrero del 2007, en el Encuentro Tri Fronterizo eclesial entre Colombia, Ecuador y Perú que tuvo lugar en Puerto Leguízamo. Los obispos que estuvieron presentes en aquella ocasión fueron: Gonzalo López Marañón, Alberto Parra y el anfitrión, Francisco Javier Munera Correa. Los tres obispos amazónicos formaban un buen combo de amigos y compañeros del camino, unidos por una misma causa, amazónica, indígena, fronteriza y eclesial. Después de este encuentro tuvimos una serie de reuniones y visitas mutuas con Mons. Gonzalo.

 Era un hombre muy humano, alegre, lleno de chispa y del humor. Él inspiraba alegría y familiaridad. Un hombre de una espiritualidad profunda, de un humanismo natural, una eclesiología amplia, inclusiva y circular. Hombre alegre, que soltaba una carcajada de oreja a oreja sin cuidarse  de la formalidad episcopal. Una persona llena de entusiasmo, valentía y proyección. Contaba historias y anécdotas de su vida y citaba diferentes poetas, escritores, músicos tanto civiles como religiosos para ayudar a la persona entender mejor las cosas de la vida.

 Le encantaba la naturaleza. Cuando Mons. Gonzalo venía a La Tagua, le impresionaba el rio Caquetá. En sus palabras decía que era un rio inmenso e impetuoso. Y todas las veces que nos encontrábamos me preguntaba de ese rio y hacía los mismos comentarios sobre él.

 Quiero detenerme en unos aspectos que nos pueden ayudar a captar el compromiso y la visión de Mons. Gonzalo.

 Una visión pastoral integral

 Su atención a la cultura indígena, los proyectos educativos y comunitarios, su empeño con la gente, muestran a este obispo que se interesaba por el desarrollo global e integral del ser humano. También buscaba mejorar las condiciones de vida de los indígenas, de los afros, de los pobres y de las demás minorías. El Plan Pastoral del Vicariato y las comisiones incluían las diversas pastorales: Indígena, afro-ecuatoriana, campesina, urbana y social. No quería que alguien se quedara excluido de la fiesta de la vida. 

 Como Pastor, Gonzalo tenía una capacidad increíble de resistencia y una fuerza espiritual inmensa que le ayudaba mantenerse en lo que percibía como causa justa. Dijo una vez: “Uno no debe desistir de un ideal que puede manejarle la vida a uno (y a los demás). Puede haber dificultades pero uno debe seguir." De hecho, no se desanimaba por la ingratitud de las personas o por los comentarios inútiles y destructivos. Él siempre era un hombre positivo.

 Sobre la mística y la espiritualidad

Era un hombre de profunda oración, meditación y contemplación. Se inspiraba mucho en los grandes místicos de su comunidad carmelita como santa Teresa de Ávila, san Juan de la Cruz y santa Teresa del Niño Jesús y de los no carmelitas.  Decía que “…la mística, una fuente viva inagotable de agua cristalina. Si no es de agua pura no es mística y si se agota tampoco lo es…” Decía : “Tirofijo también tiene una espiritualidad pero no una mística, porque no es ni puro, ni inagotable." Y añadio, "Es impresionante ver cómo ha mantenido una guerra por 40 años, pero en algún tiempo se le va a agotar la fuerza, la ideología.” Predecía Gonzalo.

 Una visita al obispo en su casa episcopal

 Fuimos a visitarlo el 26 de agosto de 2008. Armando Olaya, Renzo Marcolongo y mi persona como parte del consejo regional y Antonio Fernandes desde la Direccion General. El motivo de la visita fue concluir nuestro dialogo sobre la apertura de la misión Consolata en ese vicariato. Nos recibió con mucha cordialidad y nos felicitó por nuestra decisión de trabajar en Sucumbíos.

 El 27 de agosto de 2008, fiesta de santa Mónica, Mons. Gonzalo presidio la Eucaristia en su pequeña capilla. En su homilía resaltó las virtudes de esta santa diciendo, "San Agustín era un hombre intelectual, inteligente, muy estudioso y filósofo, pero mundano, sin embargo, su madre no lo convenció con unos tratados de filosofía o de teología sino con su sencillez, humildad, oración y lágrimas." Y siguió: "Hoy, son tantas mujeres, tantas madres (y muchos padres) que sufren por sus hijos y que luchan por ellos. Así fueron la Virgen María y San José. Ellos no hicieron ningún curso de teología o de filosofía, solo desde su sencillez y ejemplo enseñaron a Jesús. Hay que recordar a tantas mujeres y orar por ellas. Así debe ser la Iglesia,  por su humildad y oración debe llevar la gente a la conversión."

 Gonzalo y sus hermanos carmelitas, construyeron el centro espiritual de Puerto Libre. Quisieron ofrecer al vicariato como regalo la formación y vivencia de la espiritualidad de su comunidad. Según Orlando Cruz: "El Centro Espiritual de Puerto Libre fue una de las obras por las que más lucho y una vez concluida se convirtió en uno de sus lugares preferidos de ISAMIS, y su sueño era una vez retirado, pasar allí sus últimos días como misionero."  

 Su visión cultural y de desarrollo integral

 En su resolución enviada al Papa Francisco para rendirle homenaje a Mons. Gonzalo, la Asamblea Nacional del Ecuador narra unas de las cosas que el hizo. 

"Mons. Gonzalo López Marañón sirvió como pastor en la Iglesia de San Miguel de Sucumbíos (ISAMIS) durante 40 años (1970-2010), primero como Prefecto Apostólico y luego como su primer Obispo, buscando un modo de ser iglesia según lo entiende el Concilio Vaticano II y el magisterio de la Iglesia Latinoamericana."

 

" ...creó instituciones educativas con internados estudiantiles pioneras en la zona como son los Colegios Pacífico Cembranos de Nueva Loja, San Miguel de Puerto el Carmen,  la Merced de Santa Bárbara, el colegio a distancia Juan Jiménez, el colegio intercultural bilingüe ABYA-YALA, el Instituto Tecnológico Superior CRECERMAS en Lago Agrio, así como también creó centros de protección para niños, niñas y adolescentes en situación de riesgo y/o abandono e infraestructura de salud como subcentros, dispensarios médicos, botiquines, etc. De igual forma contribuyó con infraestructura de vialidad y creó el proyecto comunicacional de Radio Sucumbíos."

 

"Monseñor Gonzalo López Marañon promovió la organización popular y el fortalecimiento institucional en la búsqueda del cumplimiento de los derechos económicos, sociales, políticos, culturales y ambientales de la población con la creación del Comité de Derechos Humanos del Nororiente, con la creación y acompañamiento de las organizaciones Populares: Jatun Comuna Aguarico, Apafano (Asociación de Padres de Familia del Nororiente), Ucano (Unión de Campesinos del Nororiente), Federación de Mujeres de Sucumbóos, Frente de Defensa de la Amazonia y promovió la Asamblea de la Sociedad Civil de Sucumbíos y la Asamblea Biprovincial de Sucumbíos y Orellana, para exigir la atención del estado a una zona históricamente explotada en sus recursos naturales y marginada del desarrollo económico y social."

 

Cuando ibamos a visitar estos proyectos uno veia una similtud de estructuras y de espíritu con los que el Equipo Misionero del IMC realizó en Toribío, Cauca.

 

Su eclesiología

 

Mons. Gonzalo afirmaba que el éxito más grande de ISAMIS (Iglesia de San Miguel y Sucumbíos) es la formación de las comunidades. Esta manera de hacer Iglesia es volver a las fuentes de Jesús. "El se inspiró en los lineamientos del Vaticano II y en el encuentro Ecuménico de Iquitos del año 1971, cuando comenzaba su trabajo misionero en la provincia de Sucumbíos."...Se inspiró también en el encuentro de CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano) de Medellin de 1968 que presto mas atención a la opción preferencial para los pobres.  Al igual que Mons. Leonidas Proaños, Gonzalo "logró poner en práctica los lineamientos de estos dos encuentros que marcaban un nuevo kairos de la Iglesia católica  local y universal," comenta Orlando Cruz Peña que trabajo muchos años con Mons. Gonzalo.

 

 Mons. Gonzalo siempre buscó una Iglesia comunión de comunidades y de carismas. Comunión en todo: vida, proyección, respeto, servicio, sufrimiento, alegría. Una Iglesia ministerial pero no clericalista, celebrativa pero no sacramentalista y con más espiritualidad. Formó una Iglesia donde los laicos son preparados y confiados para hacer todo tipo de misión y atención pastoral. Decia,  "…la marcha cotidiana de la Iglesia de ISAMIS está en manos de los laicos y no en las de los sacerdotes o de las hermanas. La opción preferencial por los pobres implica que los pobres tengan voz en su Iglesia y en la sociedad…"  Y que los cambios de las instituciones se hacen desde las bases, con unas personas y comunidades convencidas y atrevidas.

 

En una reunión nos dijo que si en tu parroquia todavía no tienes a ningún laico a quien puedes dejar las llaves de la Iglesia y de la casa cural cuando sales, entonces no has hecho nada todavía de formacion de tus feligreses.

 

Afirmaba que los santos de la Iglesia no están solo en los conventos y casas religiosas, sino en el servicio de los pobres. Él decía que estaba más interesado de construir la iglesia espiritual, humana antes que la material. Muchos le criticaban de no haber terminado de construir la Catedral que llevaba muchos años de haberla empezado. Él decía que la material la construirán otros y que él estaba más preocupado por la otra catedral, la del cielo. De hecho, después de unos años, la alcaldía de Sucumbíos se comprometió a terminarla.

 

En la economía

 

Promovió una economía compartida que fomentaba la solidaridad. Todos los agentes de pastoral podían aportar según sus capacidades y  recibir según sus necesidades, al estilo de las primeras comunidades cristianas. En el vicariato no había  carros personales. Decía Monseñor: "Si dependemos del carro propio volvemos (egoístas) como cualquier animal."  Y en cuanto a los medios modernos tecnológicos de comunicación, decía que son medios que le quitan tiempo a uno y confunden la privacidad con lo público. Que la propaganda primero le bombardea a uno con mucha información, creando necesidades y después le empieza a sacar plata. Se preguntaba que con tanta solicitud que se expresan por esos medios, ¿Cuándo puede uno tener tiempo para atender la parte espiritual, personal, emocional? Y ¿cuando uno puede atender a la gente?

 

Criticaba a las mesas separadas. La iglesia o una comunidad religiosa nunca debe comer en mesas separadas como lo hacen los políticos y los grupos económicos donde cada partido, cada grupo social come en una mesa aparte, repartiendo los bienes y servicios entre sí solo, así excluyendo a los pobres. Jesus hizo una sola mesa con sus discípulos.

 

Compromiso  amazónico y fronterizo

Él dijo que vio nacer el pueblo de Lago Agrio. Por mucho tiempo el Vicariato de Sucumbíos atendía a las dos orillas, Ecuador y Colombia. También el p. Juan Cantero, un veterano misionero carmelita cuenta siempre de las experiencias de las dos orillas y él fue muy conocido por las comunidades de ambos países.

 

En 2008, cuando las relaciones diplomáticas entre Colombia y Ecuador estuvieron en malas condiciones, Mons. Gonzalo dijo: “En este momento de conflicto entre ambos países es cuando como Iglesias fronterizas necesitamos más que nunca trabajar juntos como amigos y hermanos. Nosotros como Iglesia debemos tener la mirada más allá de las peleas políticas y diplomáticas entre los países vecinos. Debemos superar el lenguaje y los calificativos (como terroristas, invasor, enemigo, soberanía territorial)" que ambos paises usan. Él se refería a la tensa relación que se genero cuando Colombia echo bombas en la parte ecuatoriana que causo la muerte de Raúl Reyes.

 

Hablando de que tipo de misionero se requiere en la Amazonía, Mons. Gonzalo dijo: "Como se trata de Iglesias hermanas, no se trata de un misionero ceñido a la frontera nacional, sino de uno que pisa las dos fronteras, así se fortalece la idea de la patria latinoamericana.”

 

Gonzalo tenía palabras apropiadas para las situaciones difíciles. Una vez un comandante guerrillero le dijo que ellos estaban allí para cuidarlo a él y a la gente. El obispo respondió: “Yo no necesito ninguna seguridad, eres tu quien la necesitas. Tú llevas granadas, fusil, machete, escoltas y yo no tengo nada de eso. Todo eso no es para mí protección, es para la tuya."

 

Su visión misionero

 

Sobre la misión continental Mons. Gonzalo decía: "Como evangelizadores necesitamos calentarnos primero. Si no nos calentamos saldremos con un plan pastoral pero sin el Espíritu Santo para realizarlo. Si no nos calentamos no podemos calentar a los demás."

 

Había preparado a un grupo de seis misioneros y misioneras para ir a la China. Cuando se le preguntaba cómo podía enviar misioneros a la China si la Iglesia de Sucumbíos todavía los necesitaba. Gonzalo decía que al Señor no le gustan las sobras. Que hay que dar de lo que a uno le falta y no de lo que le sobra. Reiteraba que quería enviar una comunidad de fe, variada (sacerdotes, laicos, hombres y mujeres), y completa. "No se debe esperar para superar todos los problemas, y después enviar a los misioneros. El que hace así está mandando migajas," enfatizo él.

 

Cuando le hacían la pregunta: “¿Cómo puedes enviar misioneros a la China si allí nadie puede entrar?"  Gonzalo contestaba: "Preguntemos a Pablo ¿Cómo pudo entrar en el pleno imperio Romano de los dioses como Olimpo?  Pablo estaba completamente poseído por Jesucristo y no se hizo tantas preguntas a sí mismo. Mientras en Jerusalén los demás discutían sobre la circuncisión y otros asuntos, el se metió de lleno al imperio romano.

 

Una de las muestras más contundentes de la espiritualidad misionera de Gonzalo fue el haber decidido ir de misionero a Angola después de retirarse como obispo. Allí se murió en ese pais el pasado mes de mayo. Él sabía que la misión no solo consiste en el envió pero también en el ser enviado e ir en persona como Jesús, que no solo envió sino también vino a la tierra y en persona, se hizo tierra, se hizo uno de la gente.

 

Sobre La Consolata

 

La idea original del obispo de Sucumbíos era de tener un grupo de misioneros de La Consolata, ubicado en Sucumbíos para enriquecer a esa Iglesia local con nuestro carisma misionero, el estilo de vida y la espiritualidad. Su el anhelo no era de tener una sola persona sino una pequeña comunidad misionera IMC. Como no pudimos conseguir suficientes personas para tal experiencia, el Obispo aceptó la propuesta de tener dos misioneros, el Padre Armando Olaya y el seminarista Samuel Kabirú,  en Palma Roja, en el triángulo Putumayo, San Miguel. Es una zona de muchas comunas, presencia guerrillera y coca y de conflicto bilateral. Aquí conviven comunidades indígenas, campesinas, afroamericanas y mestizas. Ellas sufren la marginación, la pobreza y son explotadas por los mega'proyectos como las empresas petroleras.

 

Sin embargo esta realidad nos permite como Iglesias locales y como comunidades misioneras de La Consolata unir las fronteras entre Colombia, Ecuador y Perú. Debemos unir los esfuerzos, los sueños, los recursos, los proyectos para que trabajando juntos podamos llevar la alegría del evangelio a estos pueblos. Siempre lo ha afirmado el P. Gaettano que los ríos no dividen sino unen. Unen a la gente tanto en lo que gozan como en lo que padecen, en lo que sueñan como en lo que logran.       

 

Dice el P. Samuel Kabiru: "Creo que sería importante aprovechar este momento de homenaje (a Mons. Gonzalo) hacer realidad el  proyecto fronterizo-amazonico reavivando el espíritu que tenían  las iglesias hermanas por el que el lucho...invitar al IMC tomar como herencia este espíritu y sueño fronterizo." Debemos revitalizar, repensar y recrear este proyecto.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por P. Peter Ssekajugo, imc.

Delegacion Norte America

 

 

 

            En Memoria De Mons. Gonzalo Marañon

 

"Quiero Morir Joven Y No Viejo”

 

"Quiero morir joven y no viejo. Uno puede ser viejo de edad pero joven de vitalidad, de ideales, de sueño, de proyección, (y de opción)."

 

Son palabras de Mons. Gonzalo López Marañón, en su charla a los misioneros y misioneras de La Consolata de la Pastoral Indígena reunidos en Lago Agrio el 16 de abril de 2009.

 

Conocí a Mons. Gonzalo por primera vez en febrero del 2007, en el Encuentro Tri Fronterizo eclesial entre Colombia, Ecuador y Perú que tuvo lugar en Puerto Leguízamo. Los obispos que estuvieron presentes en aquella ocasión fueron: Gonzalo López Marañón, Alberto Parra y el anfitrión, Francisco Javier Munera Correa. Los tres obispos amazónicos formaban un buen combo de amigos y compañeros del camino, unidos por una misma causa, amazónica, indígena, fronteriza y eclesial. Después de este encuentro tuvimos una serie de reuniones y visitas mutuas con Mons. Gonzalo.

 

Era un hombre muy humano, alegre, lleno de chispa y del humor. Él inspiraba alegría y familiaridad. Un hombre de una espiritualidad profunda, de un humanismo natural, una eclesiología amplia, inclusiva y circular. Hombre alegre, que soltaba una carcajada de oreja a oreja sin cuidarse  de la formalidad episcopal. Una persona llena de entusiasmo, valentía y proyección. Contaba historias y anécdotas de su vida y citaba diferentes poetas, escritores, músicos tanto civiles como religiosos para ayudar a la persona entender mejor las cosas de la vida.

 

Le encantaba la naturaleza. Cuando Mons. Gonzalo venía a La Tagua, le impresionaba el rio Caquetá. En sus palabras decía que era un rio inmenso e impetuoso. Y todas las veces que nos encontrábamos me preguntaba de ese rio y hacía los mismos comentarios sobre él.

 

Quiero detenerme en unos aspectos que nos pueden ayudar a captar el compromiso y la visión de Mons. Gonzalo.

 

Una visión pastoral integral

 

Su atención a la cultura indígena, los proyectos educativos y comunitarios, su empeño con la gente, muestran a este obispo que se interesaba por el desarrollo global e integral del ser humano. También buscaba mejorar las condiciones de vida de los indígenas, de los afros, de los pobres y de las demás minorías. El Plan Pastoral del Vicariato y las comisiones incluían las diversas pastorales: Indígena, afro-ecuatoriana, campesina, urbana y social. No quería que alguien se quedara excluido de la fiesta de la vida. 

 

Como Pastor, Gonzalo tenía una capacidad increíble de resistencia y una fuerza espiritual inmensa que le ayudaba mantenerse en lo que percibía como causa justa. Dijo una vez: “Uno no debe desistir de un ideal que puede manejarle la vida a uno (y a los demás). Puede haber dificultades pero uno debe seguir." De hecho, no se desanimaba por la ingratitud de las personas o por los comentarios inútiles y destructivos. Él siempre era un hombre positivo.

 

Sobre la mística y la espiritualidad

Era un hombre de profunda oración, meditación y contemplación. Se inspiraba mucho en los grandes místicos de su comunidad carmelita como santa Teresa de Ávila, san Juan de la Cruz y santa Teresa del Niño Jesús y de los no carmelitas.  Decía que “…la mística, una fuente viva inagotable de agua cristalina. Si no es de agua pura no es mística y si se agota tampoco lo es…” Decía : “Tirofijo también tiene una espiritualidad pero no una mística, porque no es ni puro, ni inagotable." Y añadio, "Es impresionante ver cómo ha mantenido una guerra por 40 años, pero en algún tiempo se le va a agotar la fuerza, la ideología.” Predecía Gonzalo.

 

Una visita al obispo en su casa episcopal

 

Fuimos a visitarlo el 26 de agosto de 2008. Armando Olaya, Renzo Marcolongo y mi persona como parte del consejo regional y Antonio Fernandes desde la Direccion General. El motivo de la visita fue concluir nuestro dialogo sobre la apertura de la misión Consolata en ese vicariato. Nos recibió con mucha cordialidad y nos felicitó por nuestra decisión de trabajar en Sucumbíos.

 

El 27 de agosto de 2008, fiesta de santa Mónica, Mons. Gonzalo presidio la Eucaristia en su pequeña capilla. En su homilía resaltó las virtudes de esta santa diciendo, "San Agustín era un hombre intelectual, inteligente, muy estudioso y filósofo, pero mundano, sin embargo, su madre no lo convenció con unos tratados de filosofía o de teología sino con su sencillez, humildad, oración y lágrimas." Y siguió: "Hoy, son tantas mujeres, tantas madres (y muchos padres) que sufren por sus hijos y que luchan por ellos. Así fueron la Virgen María y San José. Ellos no hicieron ningún curso de teología o de filosofía, solo desde su sencillez y ejemplo enseñaron a Jesús. Hay que recordar a tantas mujeres y orar por ellas. Así debe ser la Iglesia,  por su humildad y oración debe llevar la gente a la conversión."

 

Gonzalo y sus hermanos carmelitas, construyeron el centro espiritual de Puerto Libre. Quisieron ofrecer al vicariato como regalo la formación y vivencia de la espiritualidad de su comunidad. Según Orlando Cruz: "El Centro Espiritual de Puerto Libre fue una de las obras por las que más lucho y una vez concluida se convirtió en uno de sus lugares preferidos de ISAMIS, y su sueño era una vez retirado, pasar allí sus últimos días como misionero."  

 

Su visión cultural y de desarrollo integral

 

En su resolución enviada al Papa Francisco para rendirle homenaje a Mons. Gonzalo, la Asamblea Nacional del Ecuador narra unas de las cosas que el hizo. 

 

            "Mons. Gonzalo López Marañón sirvió como pastor en la Iglesia de San Miguel de Sucumbíos (ISAMIS) durante 40 años (1970-2010), primero como Prefecto Apostólico y luego como su primer Obispo, buscando un modo de ser iglesia según lo entiende el Concilio Vaticano II y el magisterio de la Iglesia Latinoamericana."

 

" ...creó instituciones educativas con internados estudiantiles pioneras en la zona como son los Colegios Pacífico Cembranos de Nueva Loja, San Miguel de Puerto el Carmen,  la Merced de Santa Bárbara, el colegio a distancia Juan Jiménez, el colegio intercultural bilingüe ABYA-YALA, el Instituto Tecnológico Superior CRECERMAS en Lago Agrio, así como también creó centros de protección para niños, niñas y adolescentes en situación de riesgo y/o abandono e infraestructura de salud como subcentros, dispensarios médicos, botiquines, etc. De igual forma contribuyó con infraestructura de vialidad y creó el proyecto comunicacional de Radio Sucumbíos."

 

"Monseñor Gonzalo López Marañon promovió la organización popular y el fortalecimiento institucional en la búsqueda del cumplimiento de los derechos económicos, sociales, políticos, culturales y ambientales de la población con la creación del Comité de Derechos Humanos del Nororiente, con la creación y acompañamiento de las organizaciones Populares: Jatun Comuna Aguarico, Apafano (Asociación de Padres de Familia del Nororiente), Ucano (Unión de Campesinos del Nororiente), Federación de Mujeres de Sucumbóos, Frente de Defensa de la Amazonia y promovió la Asamblea de la Sociedad Civil de Sucumbíos y la Asamblea Biprovincial de Sucumbíos y Orellana, para exigir la atención del estado a una zona históricamente explotada en sus recursos naturales y marginada del desarrollo económico y social."

 

Cuando ibamos a visitar estos proyectos uno veia una similtud de estructuras y de espíritu con los que el Equipo Misionero del IMC realizó en Toribío, Cauca.

 

Su eclesiología

 

Mons. Gonzalo afirmaba que el éxito más grande de ISAMIS (Iglesia de San Miguel y Sucumbíos) es la formación de las comunidades. Esta manera de hacer Iglesia es volver a las fuentes de Jesús. "El se inspiró en los lineamientos del Vaticano II y en el encuentro Ecuménico de Iquitos del año 1971, cuando comenzaba su trabajo misionero en la provincia de Sucumbíos."...Se inspiró también en el encuentro de CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano) de Medellin de 1968 que presto mas atención a la opción preferencial para los pobres.  Al igual que Mons. Leonidas Proaños, Gonzalo "logró poner en práctica los lineamientos de estos dos encuentros que marcaban un nuevo kairos de la Iglesia católica  local y universal," comenta Orlando Cruz Peña que trabajo muchos años con Mons. Gonzalo.

 

 Mons. Gonzalo siempre buscó una Iglesia comunión de comunidades y de carismas. Comunión en todo: vida, proyección, respeto, servicio, sufrimiento, alegría. Una Iglesia ministerial pero no clericalista, celebrativa pero no sacramentalista y con más espiritualidad. Formó una Iglesia donde los laicos son preparados y confiados para hacer todo tipo de misión y atención pastoral. Decia,  "…la marcha cotidiana de la Iglesia de ISAMIS está en manos de los laicos y no en las de los sacerdotes o de las hermanas. La opción preferencial por los pobres implica que los pobres tengan voz en su Iglesia y en la sociedad…"  Y que los cambios de las instituciones se hacen desde las bases, con unas personas y comunidades convencidas y atrevidas.

 

En una reunión nos dijo que si en tu parroquia todavía no tienes a ningún laico a quien puedes dejar las llaves de la Iglesia y de la casa cural cuando sales, entonces no has hecho nada todavía de formacion de tus feligreses.

 

Afirmaba que los santos de la Iglesia no están solo en los conventos y casas religiosas, sino en el servicio de los pobres. Él decía que estaba más interesado de construir la iglesia espiritual, humana antes que la material. Muchos le criticaban de no haber terminado de construir la Catedral que llevaba muchos años de haberla empezado. Él decía que la material la construirán otros y que él estaba más preocupado por la otra catedral, la del cielo. De hecho, después de unos años, la alcaldía de Sucumbíos se comprometió a terminarla.

 

En la economía

 

Promovió una economía compartida que fomentaba la solidaridad. Todos los agentes de pastoral podían aportar según sus capacidades y  recibir según sus necesidades, al estilo de las primeras comunidades cristianas. En el vicariato no había  carros personales. Decía Monseñor: "Si dependemos del carro propio volvemos (egoístas) como cualquier animal."  Y en cuanto a los medios modernos tecnológicos de comunicación, decía que son medios que le quitan tiempo a uno y confunden la privacidad con lo público. Que la propaganda primero le bombardea a uno con mucha información, creando necesidades y después le empieza a sacar plata. Se preguntaba que con tanta solicitud que se expresan por esos medios, ¿Cuándo puede uno tener tiempo para atender la parte espiritual, personal, emocional? Y ¿cuando uno puede atender a la gente?

 

Criticaba a las mesas separadas. La iglesia o una comunidad religiosa nunca debe comer en mesas separadas como lo hacen los políticos y los grupos económicos donde cada partido, cada grupo social come en una mesa aparte, repartiendo los bienes y servicios entre sí solo, así excluyendo a los pobres. Jesus hizo una sola mesa con sus discípulos.

 

Compromiso  amazónico y fronterizo

Él dijo que vio nacer el pueblo de Lago Agrio. Por mucho tiempo el Vicariato de Sucumbíos atendía a las dos orillas, Ecuador y Colombia. También el p. Juan Cantero, un veterano misionero carmelita cuenta siempre de las experiencias de las dos orillas y él fue muy conocido por las comunidades de ambos países.

 

En 2008, cuando las relaciones diplomáticas entre Colombia y Ecuador estuvieron en malas condiciones, Mons. Gonzalo dijo: “En este momento de conflicto entre ambos países es cuando como Iglesias fronterizas necesitamos más que nunca trabajar juntos como amigos y hermanos. Nosotros como Iglesia debemos tener la mirada más allá de las peleas políticas y diplomáticas entre los países vecinos. Debemos superar el lenguaje y los calificativos (como terroristas, invasor, enemigo, soberanía territorial)" que ambos paises usan. Él se refería a la tensa relación que se genero cuando Colombia echo bombas en la parte ecuatoriana que causo la muerte de Raúl Reyes.

 

Hablando de que tipo de misionero se requiere en la Amazonía, Mons. Gonzalo dijo: "Como se trata de Iglesias hermanas, no se trata de un misionero ceñido a la frontera nacional, sino de uno que pisa las dos fronteras, así se fortalece la idea de la patria latinoamericana.”

 

Gonzalo tenía palabras apropiadas para las situaciones difíciles. Una vez un comandante guerrillero le dijo que ellos estaban allí para cuidarlo a él y a la gente. El obispo respondió: “Yo no necesito ninguna seguridad, eres tu quien la necesitas. Tú llevas granadas, fusil, machete, escoltas y yo no tengo nada de eso. Todo eso no es para mí protección, es para la tuya."

 

Su visión misionero

 

Sobre la misión continental Mons. Gonzalo decía: "Como evangelizadores necesitamos calentarnos primero. Si no nos calentamos saldremos con un plan pastoral pero sin el Espíritu Santo para realizarlo. Si no nos calentamos no podemos calentar a los demás."

 

Había preparado a un grupo de seis misioneros y misioneras para ir a la China. Cuando se le preguntaba cómo podía enviar misioneros a la China si la Iglesia de Sucumbíos todavía los necesitaba. Gonzalo decía que al Señor no le gustan las sobras. Que hay que dar de lo que a uno le falta y no de lo que le sobra. Reiteraba que quería enviar una comunidad de fe, variada (sacerdotes, laicos, hombres y mujeres), y completa. "No se debe esperar para superar todos los problemas, y después enviar a los misioneros. El que hace así está mandando migajas," enfatizo él.

 

Cuando le hacían la pregunta: “¿Cómo puedes enviar misioneros a la China si allí nadie puede entrar?"  Gonzalo contestaba: "Preguntemos a Pablo ¿Cómo pudo entrar en el pleno imperio Romano de los dioses como Olimpo?  Pablo estaba completamente poseído por Jesucristo y no se hizo tantas preguntas a sí mismo. Mientras en Jerusalén los demás discutían sobre la circuncisión y otros asuntos, el se metió de lleno al imperio romano.

 

Una de las muestras más contundentes de la espiritualidad misionera de Gonzalo fue el haber decidido ir de misionero a Angola después de retirarse como obispo. Allí se murió en ese pais el pasado mes de mayo. Él sabía que la misión no solo consiste en el envió pero también en el ser enviado e ir en persona como Jesús, que no solo envió sino también vino a la tierra y en persona, se hizo tierra, se hizo uno de la gente.

 

Sobre La Consolata

 

La idea original del obispo de Sucumbíos era de tener un grupo de misioneros de La Consolata, ubicado en Sucumbíos para enriquecer a esa Iglesia local con nuestro carisma misionero, el estilo de vida y la espiritualidad. Su el anhelo no era de tener una sola persona sino una pequeña comunidad misionera IMC. Como no pudimos conseguir suficientes personas para tal experiencia, el Obispo aceptó la propuesta de tener dos misioneros, el Padre Armando Olaya y el seminarista Samuel Kabirú,  en Palma Roja, en el triángulo Putumayo, San Miguel. Es una zona de muchas comunas, presencia guerrillera y coca y de conflicto bilateral. Aquí conviven comunidades indígenas, campesinas, afroamericanas y mestizas. Ellas sufren la marginación, la pobreza y son explotadas por los mega'proyectos como las empresas petroleras.

 

Sin embargo esta realidad nos permite como Iglesias locales y como comunidades misioneras de La Consolata unir las fronteras entre Colombia, Ecuador y Perú. Debemos unir los esfuerzos, los sueños, los recursos, los proyectos para que trabajando juntos podamos llevar la alegría del evangelio a estos pueblos. Siempre lo ha afirmado el P. Gaettano que los ríos no dividen sino unen. Unen a la gente tanto en lo que gozan como en lo que padecen, en lo que sueñan como en lo que logran.       

 

Dice el P. Samuel Kabiru: "Creo que sería importante aprovechar este momento de homenaje (a Mons. Gonzalo) hacer realidad el  proyecto fronterizo-amazonico reavivando el espíritu que tenían  las iglesias hermanas por el que el lucho...invitar al IMC tomar como herencia este espíritu y sueño fronterizo." Debemos revitalizar, repensar y recrear este proyecto.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por P. Peter Ssekajugo, imc.

Delegacion Norte America

 

 

 

            En Memoria De Mons. Gonzalo Marañon

 

"Quiero Morir Joven Y No Viejo”

 

"Quiero morir joven y no viejo. Uno puede ser viejo de edad pero joven de vitalidad, de ideales, de sueño, de proyección, (y de opción)."

 

Son palabras de Mons. Gonzalo López Marañón, en su charla a los misioneros y misioneras de La Consolata de la Pastoral Indígena reunidos en Lago Agrio el 16 de abril de 2009.

 

Conocí a Mons. Gonzalo por primera vez en febrero del 2007, en el Encuentro Tri Fronterizo eclesial entre Colombia, Ecuador y Perú que tuvo lugar en Puerto Leguízamo. Los obispos que estuvieron presentes en aquella ocasión fueron: Gonzalo López Marañón, Alberto Parra y el anfitrión, Francisco Javier Munera Correa. Los tres obispos amazónicos formaban un buen combo de amigos y compañeros del camino, unidos por una misma causa, amazónica, indígena, fronteriza y eclesial. Después de este encuentro tuvimos una serie de reuniones y visitas mutuas con Mons. Gonzalo.

 

Era un hombre muy humano, alegre, lleno de chispa y del humor. Él inspiraba alegría y familiaridad. Un hombre de una espiritualidad profunda, de un humanismo natural, una eclesiología amplia, inclusiva y circular. Hombre alegre, que soltaba una carcajada de oreja a oreja sin cuidarse  de la formalidad episcopal. Una persona llena de entusiasmo, valentía y proyección. Contaba historias y anécdotas de su vida y citaba diferentes poetas, escritores, músicos tanto civiles como religiosos para ayudar a la persona entender mejor las cosas de la vida.

 

Le encantaba la naturaleza. Cuando Mons. Gonzalo venía a La Tagua, le impresionaba el rio Caquetá. En sus palabras decía que era un rio inmenso e impetuoso. Y todas las veces que nos encontrábamos me preguntaba de ese rio y hacía los mismos comentarios sobre él.

 

Quiero detenerme en unos aspectos que nos pueden ayudar a captar el compromiso y la visión de Mons. Gonzalo.

 

Una visión pastoral integral

 

Su atención a la cultura indígena, los proyectos educativos y comunitarios, su empeño con la gente, muestran a este obispo que se interesaba por el desarrollo global e integral del ser humano. También buscaba mejorar las condiciones de vida de los indígenas, de los afros, de los pobres y de las demás minorías. El Plan Pastoral del Vicariato y las comisiones incluían las diversas pastorales: Indígena, afro-ecuatoriana, campesina, urbana y social. No quería que alguien se quedara excluido de la fiesta de la vida. 

 

Como Pastor, Gonzalo tenía una capacidad increíble de resistencia y una fuerza espiritual inmensa que le ayudaba mantenerse en lo que percibía como causa justa. Dijo una vez: “Uno no debe desistir de un ideal que puede manejarle la vida a uno (y a los demás). Puede haber dificultades pero uno debe seguir." De hecho, no se desanimaba por la ingratitud de las personas o por los comentarios inútiles y destructivos. Él siempre era un hombre positivo.

 

Sobre la mística y la espiritualidad

Era un hombre de profunda oración, meditación y contemplación. Se inspiraba mucho en los grandes místicos de su comunidad carmelita como santa Teresa de Ávila, san Juan de la Cruz y santa Teresa del Niño Jesús y de los no carmelitas.  Decía que “…la mística, una fuente viva inagotable de agua cristalina. Si no es de agua pura no es mística y si se agota tampoco lo es…” Decía : “Tirofijo también tiene una espiritualidad pero no una mística, porque no es ni puro, ni inagotable." Y añadio, "Es impresionante ver cómo ha mantenido una guerra por 40 años, pero en algún tiempo se le va a agotar la fuerza, la ideología.” Predecía Gonzalo.

 

Una visita al obispo en su casa episcopal

 

Fuimos a visitarlo el 26 de agosto de 2008. Armando Olaya, Renzo Marcolongo y mi persona como parte del consejo regional y Antonio Fernandes desde la Direccion General. El motivo de la visita fue concluir nuestro dialogo sobre la apertura de la misión Consolata en ese vicariato. Nos recibió con mucha cordialidad y nos felicitó por nuestra decisión de trabajar en Sucumbíos.

 

El 27 de agosto de 2008, fiesta de santa Mónica, Mons. Gonzalo presidio la Eucaristia en su pequeña capilla. En su homilía resaltó las virtudes de esta santa diciendo, "San Agustín era un hombre intelectual, inteligente, muy estudioso y filósofo, pero mundano, sin embargo, su madre no lo convenció con unos tratados de filosofía o de teología sino con su sencillez, humildad, oración y lágrimas." Y siguió: "Hoy, son tantas mujeres, tantas madres (y muchos padres) que sufren por sus hijos y que luchan por ellos. Así fueron la Virgen María y San José. Ellos no hicieron ningún curso de teología o de filosofía, solo desde su sencillez y ejemplo enseñaron a Jesús. Hay que recordar a tantas mujeres y orar por ellas. Así debe ser la Iglesia,  por su humildad y oración debe llevar la gente a la conversión."

 

Gonzalo y sus hermanos carmelitas, construyeron el centro espiritual de Puerto Libre. Quisieron ofrecer al vicariato como regalo la formación y vivencia de la espiritualidad de su comunidad. Según Orlando Cruz: "El Centro Espiritual de Puerto Libre fue una de las obras por las que más lucho y una vez concluida se convirtió en uno de sus lugares preferidos de ISAMIS, y su sueño era una vez retirado, pasar allí sus últimos días como misionero."  

 

Su visión cultural y de desarrollo integral

 

En su resolución enviada al Papa Francisco para rendirle homenaje a Mons. Gonzalo, la Asamblea Nacional del Ecuador narra unas de las cosas que el hizo. 

 

            "Mons. Gonzalo López Marañón sirvió como pastor en la Iglesia de San Miguel de Sucumbíos (ISAMIS) durante 40 años (1970-2010), primero como Prefecto Apostólico y luego como su primer Obispo, buscando un modo de ser iglesia según lo entiende el Concilio Vaticano II y el magisterio de la Iglesia Latinoamericana."

 

" ...creó instituciones educativas con internados estudiantiles pioneras en la zona como son los Colegios Pacífico Cembranos de Nueva Loja, San Miguel de Puerto el Carmen,  la Merced de Santa Bárbara, el colegio a distancia Juan Jiménez, el colegio intercultural bilingüe ABYA-YALA, el Instituto Tecnológico Superior CRECERMAS en Lago Agrio, así como también creó centros de protección para niños, niñas y adolescentes en situación de riesgo y/o abandono e infraestructura de salud como subcentros, dispensarios médicos, botiquines, etc. De igual forma contribuyó con infraestructura de vialidad y creó el proyecto comunicacional de Radio Sucumbíos."

 

"Monseñor Gonzalo López Marañon promovió la organización popular y el fortalecimiento institucional en la búsqueda del cumplimiento de los derechos económicos, sociales, políticos, culturales y ambientales de la población con la creación del Comité de Derechos Humanos del Nororiente, con la creación y acompañamiento de las organizaciones Populares: Jatun Comuna Aguarico, Apafano (Asociación de Padres de Familia del Nororiente), Ucano (Unión de Campesinos del Nororiente), Federación de Mujeres de Sucumbóos, Frente de Defensa de la Amazonia y promovió la Asamblea de la Sociedad Civil de Sucumbíos y la Asamblea Biprovincial de Sucumbíos y Orellana, para exigir la atención del estado a una zona históricamente explotada en sus recursos naturales y marginada del desarrollo económico y social."

 

Cuando ibamos a visitar estos proyectos uno veia una similtud de estructuras y de espíritu con los que el Equipo Misionero del IMC realizó en Toribío, Cauca.

 

Su eclesiología

 

Mons. Gonzalo afirmaba que el éxito más grande de ISAMIS (Iglesia de San Miguel y Sucumbíos) es la formación de las comunidades. Esta manera de hacer Iglesia es volver a las fuentes de Jesús. "El se inspiró en los lineamientos del Vaticano II y en el encuentro Ecuménico de Iquitos del año 1971, cuando comenzaba su trabajo misionero en la provincia de Sucumbíos."...Se inspiró también en el encuentro de CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano) de Medellin de 1968 que presto mas atención a la opción preferencial para los pobres.  Al igual que Mons. Leonidas Proaños, Gonzalo "logró poner en práctica los lineamientos de estos dos encuentros que marcaban un nuevo kairos de la Iglesia católica  local y universal," comenta Orlando Cruz Peña que trabajo muchos años con Mons. Gonzalo.

 

 Mons. Gonzalo siempre buscó una Iglesia comunión de comunidades y de carismas. Comunión en todo: vida, proyección, respeto, servicio, sufrimiento, alegría. Una Iglesia ministerial pero no clericalista, celebrativa pero no sacramentalista y con más espiritualidad. Formó una Iglesia donde los laicos son preparados y confiados para hacer todo tipo de misión y atención pastoral. Decia,  "…la marcha cotidiana de la Iglesia de ISAMIS está en manos de los laicos y no en las de los sacerdotes o de las hermanas. La opción preferencial por los pobres implica que los pobres tengan voz en su Iglesia y en la sociedad…"  Y que los cambios de las instituciones se hacen desde las bases, con unas personas y comunidades convencidas y atrevidas.

 

En una reunión nos dijo que si en tu parroquia todavía no tienes a ningún laico a quien puedes dejar las llaves de la Iglesia y de la casa cural cuando sales, entonces no has hecho nada todavía de formacion de tus feligreses.

 

Afirmaba que los santos de la Iglesia no están solo en los conventos y casas religiosas, sino en el servicio de los pobres. Él decía que estaba más interesado de construir la iglesia espiritual, humana antes que la material. Muchos le criticaban de no haber terminado de construir la Catedral que llevaba muchos años de haberla empezado. Él decía que la material la construirán otros y que él estaba más preocupado por la otra catedral, la del cielo. De hecho, después de unos años, la alcaldía de Sucumbíos se comprometió a terminarla.

 

En la economía

 

Promovió una economía compartida que fomentaba la solidaridad. Todos los agentes de pastoral podían aportar según sus capacidades y  recibir según sus necesidades, al estilo de las primeras comunidades cristianas. En el vicariato no había  carros personales. Decía Monseñor: "Si dependemos del carro propio volvemos (egoístas) como cualquier animal."  Y en cuanto a los medios modernos tecnológicos de comunicación, decía que son medios que le quitan tiempo a uno y confunden la privacidad con lo público. Que la propaganda primero le bombardea a uno con mucha información, creando necesidades y después le empieza a sacar plata. Se preguntaba que con tanta solicitud que se expresan por esos medios, ¿Cuándo puede uno tener tiempo para atender la parte espiritual, personal, emocional? Y ¿cuando uno puede atender a la gente?

 

Criticaba a las mesas separadas. La iglesia o una comunidad religiosa nunca debe comer en mesas separadas como lo hacen los políticos y los grupos económicos donde cada partido, cada grupo social come en una mesa aparte, repartiendo los bienes y servicios entre sí solo, así excluyendo a los pobres. Jesus hizo una sola mesa con sus discípulos.

 

Compromiso  amazónico y fronterizo

Él dijo que vio nacer el pueblo de Lago Agrio. Por mucho tiempo el Vicariato de Sucumbíos atendía a las dos orillas, Ecuador y Colombia. También el p. Juan Cantero, un veterano misionero carmelita cuenta siempre de las experiencias de las dos orillas y él fue muy conocido por las comunidades de ambos países.

 

En 2008, cuando las relaciones diplomáticas entre Colombia y Ecuador estuvieron en malas condiciones, Mons. Gonzalo dijo: “En este momento de conflicto entre ambos países es cuando como Iglesias fronterizas necesitamos más que nunca trabajar juntos como amigos y hermanos. Nosotros como Iglesia debemos tener la mirada más allá de las peleas políticas y diplomáticas entre los países vecinos. Debemos superar el lenguaje y los calificativos (como terroristas, invasor, enemigo, soberanía territorial)" que ambos paises usan. Él se refería a la tensa relación que se genero cuando Colombia echo bombas en la parte ecuatoriana que causo la muerte de Raúl Reyes.

 

Hablando de que tipo de misionero se requiere en la Amazonía, Mons. Gonzalo dijo: "Como se trata de Iglesias hermanas, no se trata de un misionero ceñido a la frontera nacional, sino de uno que pisa las dos fronteras, así se fortalece la idea de la patria latinoamericana.”

 

Gonzalo tenía palabras apropiadas para las situaciones difíciles. Una vez un comandante guerrillero le dijo que ellos estaban allí para cuidarlo a él y a la gente. El obispo respondió: “Yo no necesito ninguna seguridad, eres tu quien la necesitas. Tú llevas granadas, fusil, machete, escoltas y yo no tengo nada de eso. Todo eso no es para mí protección, es para la tuya."

 

Su visión misionero

 

Sobre la misión continental Mons. Gonzalo decía: "Como evangelizadores necesitamos calentarnos primero. Si no nos calentamos saldremos con un plan pastoral pero sin el Espíritu Santo para realizarlo. Si no nos calentamos no podemos calentar a los demás."

 

Había preparado a un grupo de seis misioneros y misioneras para ir a la China. Cuando se le preguntaba cómo podía enviar misioneros a la China si la Iglesia de Sucumbíos todavía los necesitaba. Gonzalo decía que al Señor no le gustan las sobras. Que hay que dar de lo que a uno le falta y no de lo que le sobra. Reiteraba que quería enviar una comunidad de fe, variada (sacerdotes, laicos, hombres y mujeres), y completa. "No se debe esperar para superar todos los problemas, y después enviar a los misioneros. El que hace así está mandando migajas," enfatizo él.

 

Cuando le hacían la pregunta: “¿Cómo puedes enviar misioneros a la China si allí nadie puede entrar?"  Gonzalo contestaba: "Preguntemos a Pablo ¿Cómo pudo entrar en el pleno imperio Romano de los dioses como Olimpo?  Pablo estaba completamente poseído por Jesucristo y no se hizo tantas preguntas a sí mismo. Mientras en Jerusalén los demás discutían sobre la circuncisión y otros asuntos, el se metió de lleno al imperio romano.

 

Una de las muestras más contundentes de la espiritualidad misionera de Gonzalo fue el haber decidido ir de misionero a Angola después de retirarse como obispo. Allí se murió en ese pais el pasado mes de mayo. Él sabía que la misión no solo consiste en el envió pero también en el ser enviado e ir en persona como Jesús, que no solo envió sino también vino a la tierra y en persona, se hizo tierra, se hizo uno de la gente.

 

Sobre La Consolata

 

La idea original del obispo de Sucumbíos era de tener un grupo de misioneros de La Consolata, ubicado en Sucumbíos para enriquecer a esa Iglesia local con nuestro carisma misionero, el estilo de vida y la espiritualidad. Su el anhelo no era de tener una sola persona sino una pequeña comunidad misionera IMC. Como no pudimos conseguir suficientes personas para tal experiencia, el Obispo aceptó la propuesta de tener dos misioneros, el Padre Armando Olaya y el seminarista Samuel Kabirú,  en Palma Roja, en el triángulo Putumayo, San Miguel. Es una zona de muchas comunas, presencia guerrillera y coca y de conflicto bilateral. Aquí conviven comunidades indígenas, campesinas, afroamericanas y mestizas. Ellas sufren la marginación, la pobreza y son explotadas por los mega'proyectos como las empresas petroleras.

 

Sin embargo esta realidad nos permite como Iglesias locales y como comunidades misioneras de La Consolata unir las fronteras entre Colombia, Ecuador y Perú. Debemos unir los esfuerzos, los sueños, los recursos, los proyectos para que trabajando juntos podamos llevar la alegría del evangelio a estos pueblos. Siempre lo ha afirmado el P. Gaettano que los ríos no dividen sino unen. Unen a la gente tanto en lo que gozan como en lo que padecen, en lo que sueñan como en lo que logran.       

 

Dice el P. Samuel Kabiru: "Creo que sería importante aprovechar este momento de homenaje (a Mons. Gonzalo) hacer realidad el  proyecto fronterizo-amazonico reavivando el espíritu que tenían  las iglesias hermanas por el que el lucho...invitar al IMC tomar como herencia este espíritu y sueño fronterizo." Debemos revitalizar, repensar y recrear este proyecto.

 

 

 

 

 

 

 

 

Por P. Peter Ssekajugo, imc.

Delegacion Norte America

 

 

 

            En Memoria De Mons. Gonzalo Marañon

 

"Quiero Morir Joven Y No Viejo”

 

"Quiero morir joven y no viejo. Uno puede ser viejo de edad pero joven de vitalidad, de ideales, de sueño, de proyección, (y de opción)."

 

Son palabras de Mons. Gonzalo López Marañón, en su charla a los misioneros y misioneras de La Consolata de la Pastoral Indígena reunidos en Lago Agrio el 16 de abril de 2009.

 

Conocí a Mons. Gonzalo por primera vez en febrero del 2007, en el Encuentro Tri Fronterizo eclesial entre Colombia, Ecuador y Perú que tuvo lugar en Puerto Leguízamo. Los obispos que estuvieron presentes en aquella ocasión fueron: Gonzalo López Marañón, Alberto Parra y el anfitrión, Francisco Javier Munera Correa. Los tres obispos amazónicos formaban un buen combo de amigos y compañeros del camino, unidos por una misma causa, amazónica, indígena, fronteriza y eclesial. Después de este encuentro tuvimos una serie de reuniones y visitas mutuas con Mons. Gonzalo.

 

Era un hombre muy humano, alegre, lleno de chispa y del humor. Él inspiraba alegría y familiaridad. Un hombre de una espiritualidad profunda, de un humanismo natural, una eclesiología amplia, inclusiva y circular. Hombre alegre, que soltaba una carcajada de oreja a oreja sin cuidarse  de la formalidad episcopal. Una persona llena de entusiasmo, valentía y proyección. Contaba historias y anécdotas de su vida y citaba diferentes poetas, escritores, músicos tanto civiles como religiosos para ayudar a la persona entender mejor las cosas de la vida.

 

Le encantaba la naturaleza. Cuando Mons. Gonzalo venía a La Tagua, le impresionaba el rio Caquetá. En sus palabras decía que era un rio inmenso e impetuoso. Y todas las veces que nos encontrábamos me preguntaba de ese rio y hacía los mismos comentarios sobre él.

 

Quiero detenerme en unos aspectos que nos pueden ayudar a captar el compromiso y la visión de Mons. Gonzalo.

 

Una visión pastoral integral

 

Su atención a la cultura indígena, los proyectos educativos y comunitarios, su empeño con la gente, muestran a este obispo que se interesaba por el desarrollo global e integral del ser humano. También buscaba mejorar las condiciones de vida de los indígenas, de los afros, de los pobres y de las demás minorías. El Plan Pastoral del Vicariato y las comisiones incluían las diversas pastorales: Indígena, afro-ecuatoriana, campesina, urbana y social. No quería que alguien se quedara excluido de la fiesta de la vida. 

 

Como Pastor, Gonzalo tenía una capacidad increíble de resistencia y una fuerza espiritual inmensa que le ayudaba mantenerse en lo que percibía como causa justa. Dijo una vez: “Uno no debe desistir de un ideal que puede manejarle la vida a uno (y a los demás). Puede haber dificultades pero uno debe seguir." De hecho, no se desanimaba por la ingratitud de las personas o por los comentarios inútiles y destructivos. Él siempre era un hombre positivo.

 

Sobre la mística y la espiritualidad

Era un hombre de profunda oración, meditación y contemplación. Se inspiraba mucho en los grandes místicos de su comunidad carmelita como santa Teresa de Ávila, san Juan de la Cruz y santa Teresa del Niño Jesús y de los no carmelitas.  Decía que “…la mística, una fuente viva inagotable de agua cristalina. Si no es de agua pura no es mística y si se agota tampoco lo es…” Decía : “Tirofijo también tiene una espiritualidad pero no una mística, porque no es ni puro, ni inagotable." Y añadio, "Es impresionante ver cómo ha mantenido una guerra por 40 años, pero en algún tiempo se le va a agotar la fuerza, la ideología.” Predecía Gonzalo.

 

Una visita al obispo en su casa episcopal

 

Fuimos a visitarlo el 26 de agosto de 2008. Armando Olaya, Renzo Marcolongo y mi persona como parte del consejo regional y Antonio Fernandes desde la Direccion General. El motivo de la visita fue concluir nuestro dialogo sobre la apertura de la misión Consolata en ese vicariato. Nos recibió con mucha cordialidad y nos felicitó por nuestra decisión de trabajar en Sucumbíos.

 

El 27 de agosto de 2008, fiesta de santa Mónica, Mons. Gonzalo presidio la Eucaristia en su pequeña capilla. En su homilía resaltó las virtudes de esta santa diciendo, "San Agustín era un hombre intelectual, inteligente, muy estudioso y filósofo, pero mundano, sin embargo, su madre no lo convenció con unos tratados de filosofía o de teología sino con su sencillez, humildad, oración y lágrimas." Y siguió: "Hoy, son tantas mujeres, tantas madres (y muchos padres) que sufren por sus hijos y que luchan por ellos. Así fueron la Virgen María y San José. Ellos no hicieron ningún curso de teología o de filosofía, solo desde su sencillez y ejemplo enseñaron a Jesús. Hay que recordar a tantas mujeres y orar por ellas. Así debe ser la Iglesia,  por su humildad y oración debe llevar la gente a la conversión."

 

Gonzalo y sus hermanos carmelitas, construyeron el centro espiritual de Puerto Libre. Quisieron ofrecer al vicariato como regalo la formación y vivencia de la espiritualidad de su comunidad. Según Orlando Cruz: "El Centro Espiritual de Puerto Libre fue una de las obras por las que más lucho y una vez concluida se convirtió en uno de sus lugares preferidos de ISAMIS, y su sueño era una vez retirado, pasar allí sus últimos días como misionero."  

 

Su visión cultural y de desarrollo integral

 

En su resolución enviada al Papa Francisco para rendirle homenaje a Mons. Gonzalo, la Asamblea Nacional del Ecuador narra unas de las cosas que el hizo. 

 

            "Mons. Gonzalo López Marañón sirvió como pastor en la Iglesia de San Miguel de Sucumbíos (ISAMIS) durante 40 años (1970-2010), primero como Prefecto Apostólico y luego como su primer Obispo, buscando un modo de ser iglesia según lo entiende el Concilio Vaticano II y el magisterio de la Iglesia Latinoamericana."

 

" ...creó instituciones educativas con internados estudiantiles pioneras en la zona como son los Colegios Pacífico Cembranos de Nueva Loja, San Miguel de Puerto el Carmen,  la Merced de Santa Bárbara, el colegio a distancia Juan Jiménez, el colegio intercultural bilingüe ABYA-YALA, el Instituto Tecnológico Superior CRECERMAS en Lago Agrio, así como también creó centros de protección para niños, niñas y adolescentes en situación de riesgo y/o abandono e infraestructura de salud como subcentros, dispensarios médicos, botiquines, etc. De igual forma contribuyó con infraestructura de vialidad y creó el proyecto comunicacional de Radio Sucumbíos."

 

"Monseñor Gonzalo López Marañon promovió la organización popular y el fortalecimiento institucional en la búsqueda del cumplimiento de los derechos económicos, sociales, políticos, culturales y ambientales de la población con la creación del Comité de Derechos Humanos del Nororiente, con la creación y acompañamiento de las organizaciones Populares: Jatun Comuna Aguarico, Apafano (Asociación de Padres de Familia del Nororiente), Ucano (Unión de Campesinos del Nororiente), Federación de Mujeres de Sucumbóos, Frente de Defensa de la Amazonia y promovió la Asamblea de la Sociedad Civil de Sucumbíos y la Asamblea Biprovincial de Sucumbíos y Orellana, para exigir la atención del estado a una zona históricamente explotada en sus recursos naturales y marginada del desarrollo económico y social."

 

Cuando ibamos a visitar estos proyectos uno veia una similtud de estructuras y de espíritu con los que el Equipo Misionero del IMC realizó en Toribío, Cauca.

 

Su eclesiología

 

Mons. Gonzalo afirmaba que el éxito más grande de ISAMIS (Iglesia de San Miguel y Sucumbíos) es la formación de las comunidades. Esta manera de hacer Iglesia es volver a las fuentes de Jesús. "El se inspiró en los lineamientos del Vaticano II y en el encuentro Ecuménico de Iquitos del año 1971, cuando comenzaba su trabajo misionero en la provincia de Sucumbíos."...Se inspiró también en el encuentro de CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano) de Medellin de 1968 que presto mas atención a la opción preferencial para los pobres.  Al igual que Mons. Leonidas Proaños, Gonzalo "logró poner en práctica los lineamientos de estos dos encuentros que marcaban un nuevo kairos de la Iglesia católica  local y universal," comenta Orlando Cruz Peña que trabajo muchos años con Mons. Gonzalo.

 

 Mons. Gonzalo siempre buscó una Iglesia comunión de comunidades y de carismas. Comunión en todo: vida, proyección, respeto, servicio, sufrimiento, alegría. Una Iglesia ministerial pero no clericalista, celebrativa pero no sacramentalista y con más espiritualidad. Formó una Iglesia donde los laicos son preparados y confiados para hacer todo tipo de misión y atención pastoral. Decia,  "…la marcha cotidiana de la Iglesia de ISAMIS está en manos de los laicos y no en las de los sacerdotes o de las hermanas. La opción preferencial por los pobres implica que los pobres tengan voz en su Iglesia y en la sociedad…"  Y que los cambios de las instituciones se hacen desde las bases, con unas personas y comunidades convencidas y atrevidas.

 

En una reunión nos dijo que si en tu parroquia todavía no tienes a ningún laico a quien puedes dejar las llaves de la Iglesia y de la casa cural cuando sales, entonces no has hecho nada todavía de formacion de tus feligreses.

 

Afirmaba que los santos de la Iglesia no están solo en los conventos y casas religiosas, sino en el servicio de los pobres. Él decía que estaba más interesado de construir la iglesia espiritual, humana antes que la material. Muchos le criticaban de no haber terminado de construir la Catedral que llevaba muchos años de haberla empezado. Él decía que la material la construirán otros y que él estaba más preocupado por la otra catedral, la del cielo. De hecho, después de unos años, la alcaldía de Sucumbíos se comprometió a terminarla.

 

En la economía

 

Promovió una economía compartida que fomentaba la solidaridad. Todos los agentes de pastoral podían aportar según sus capacidades y  recibir según sus necesidades, al estilo de las primeras comunidades cristianas. En el vicariato no había  carros personales. Decía Monseñor: "Si dependemos del carro propio volvemos (egoístas) como cualquier animal."  Y en cuanto a los medios modernos tecnológicos de comunicación, decía que son medios que le quitan tiempo a uno y confunden la privacidad con lo público. Que la propaganda primero le bombardea a uno con mucha información, creando necesidades y después le empieza a sacar plata. Se preguntaba que con tanta solicitud que se expresan por esos medios, ¿Cuándo puede uno tener tiempo para atender la parte espiritual, personal, emocional? Y ¿cuando uno puede atender a la gente?

 

Criticaba a las mesas separadas. La iglesia o una comunidad religiosa nunca debe comer en mesas separadas como lo hacen los políticos y los grupos económicos donde cada partido, cada grupo social come en una mesa aparte, repartiendo los bienes y servicios entre sí solo, así excluyendo a los pobres. Jesus hizo una sola mesa con sus discípulos.

 

Compromiso  amazónico y fronterizo

Él dijo que vio nacer el pueblo de Lago Agrio. Por mucho tiempo el Vicariato de Sucumbíos atendía a las dos orillas, Ecuador y Colombia. También el p. Juan Cantero, un veterano misionero carmelita cuenta siempre de las experiencias de las dos orillas y él fue muy conocido por las comunidades de ambos países.

 

En 2008, cuando las relaciones diplomáticas entre Colombia y Ecuador estuvieron en malas condiciones, Mons. Gonzalo dijo: “En este momento de conflicto entre ambos países es cuando como Iglesias fronterizas necesitamos más que nunca trabajar juntos como amigos y hermanos. Nosotros como Iglesia debemos tener la mirada más allá de las peleas políticas y diplomáticas entre los países vecinos. Debemos superar el lenguaje y los calificativos (como terroristas, invasor, enemigo, soberanía territorial)" que ambos paises usan. Él se refería a la tensa relación que se genero cuando Colombia echo bombas en la parte ecuatoriana que causo la muerte de Raúl Reyes.

 

Hablando de que tipo de misionero se requiere en la Amazonía, Mons. Gonzalo dijo: "Como se trata de Iglesias hermanas, no se trata de un misionero ceñido a la frontera nacional, sino de uno que pisa las dos fronteras, así se fortalece la idea de la patria latinoamericana.”

 

Gonzalo tenía palabras apropiadas para las situaciones difíciles. Una vez un comandante guerrillero le dijo que ellos estaban allí para cuidarlo a él y a la gente. El obispo respondió: “Yo no necesito ninguna seguridad, eres tu quien la necesitas. Tú llevas granadas, fusil, machete, escoltas y yo no tengo nada de eso. Todo eso no es para mí protección, es para la tuya."

 

Su visión misionero

 

Sobre la misión continental Mons. Gonzalo decía: "Como evangelizadores necesitamos calentarnos primero. Si no nos calentamos saldremos con un plan pastoral pero sin el Espíritu Santo para realizarlo. Si no nos calentamos no podemos calentar a los demás."

 

Había preparado a un grupo de seis misioneros y misioneras para ir a la China. Cuando se le preguntaba cómo podía enviar misioneros a la China si la Iglesia de Sucumbíos todavía los necesitaba. Gonzalo decía que al Señor no le gustan las sobras. Que hay que dar de lo que a uno le falta y no de lo que le sobra. Reiteraba que quería enviar una comunidad de fe, variada (sacerdotes, laicos, hombres y mujeres), y completa. "No se debe esperar para superar todos los problemas, y después enviar a los misioneros. El que hace así está mandando migajas," enfatizo él.

 

Cuando le hacían la pregunta: “¿Cómo puedes enviar misioneros a la China si allí nadie puede entrar?"  Gonzalo contestaba: "Preguntemos a Pablo ¿Cómo pudo entrar en el pleno imperio Romano de los dioses como Olimpo?  Pablo estaba completamente poseído por Jesucristo y no se hizo tantas preguntas a sí mismo. Mientras en Jerusalén los demás discutían sobre la circuncisión y otros asuntos, el se metió de lleno al imperio romano.

 

Una de las muestras más contundentes de la espiritualidad misionera de Gonzalo fue el haber decidido ir de misionero a Angola después de retirarse como obispo. Allí se murió en ese pais el pasado mes de mayo. Él sabía que la misión no solo consiste en el envió pero también en el ser enviado e ir en persona como Jesús, que no solo envió sino también vino a la tierra y en persona, se hizo tierra, se hizo uno de la gente.

 

Sobre La Consolata

 

La idea original del obispo de Sucumbíos era de tener un grupo de misioneros de La Consolata, ubicado en Sucumbíos para enriquecer a esa Iglesia local con nuestro carisma misionero, el estilo de vida y la espiritualidad. Su el anhelo no era de tener una sola persona sino una pequeña comunidad misionera IMC. Como no pudimos conseguir suficientes personas para tal experiencia, el Obispo aceptó la propuesta de tener dos misioneros, el Padre Armando Olaya y el seminarista Samuel Kabirú,  en Palma Roja, en el triángulo Putumayo, San Miguel. Es una zona de muchas comunas, presencia guerrillera y coca y de conflicto bilateral. Aquí conviven comunidades indígenas, campesinas, afroamericanas y mestizas. Ellas sufren la marginación, la pobreza y son explotadas por los mega'proyectos como las empresas petroleras.

 

Sin embargo esta realidad nos permite como Iglesias locales y como comunidades misioneras de La Consolata unir las fronteras entre Colombia, Ecuador y Perú. Debemos unir los esfuerzos, los sueños, los recursos, los proyectos para que trabajando juntos podamos llevar la alegría del evangelio a estos pueblos. Siempre lo ha afirmado el P. Gaettano que los ríos no dividen sino unen. Unen a la gente tanto en lo que gozan como en lo que padecen, en lo que sueñan como en lo que logran.       

 

Dice el P. Samuel Kabiru: "Creo que sería importante aprovechar este momento de homenaje (a Mons. Gonzalo) hacer realidad el  proyecto fronterizo-amazonico reavivando el espíritu que tenían  las iglesias hermanas por el que el lucho...invitar al IMC tomar como herencia este espíritu y sueño fronterizo." Debemos revitalizar, repensar y recrear este proyecto.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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