Tenemos claro que la misión es también un desafío para nosotros aquí. Por eso, los laicos que no parten para la misión apoyan a los que se marchan, tanto antes del envío como durante y al retorno. Asimismo colaboramos con el trabajo de AMV que los Misioneros IMC hacen en Málaga. Y desde hace unos años tenemos abierto un centro de Diálogo Interreligioso e Intercultural (Centro MALAIKA), que intenta responder a las necesidades de la diócesis en este campo.
En el encuentro participaron también varios jóvenes: un grupo de universitarios de Granada y otros de Málaga. Todos ellos integrantes del grupo juvenil de la Consolata. Ellos son el futuro y la esperanza del laicado de la Consolata. Confiamos en que su entusiasmo nos anime a seguir caminando iluminados por el carisma IMC.
{mosimage} Además de conocernos reflexionamos sobre la manera de afrontar el desafío de la convocatoria. Para esto trabajamos una dinámica de grupo. Esto nos permitió examinar nuestra realidad actual y las perspectivas de la animación misionera y nuestro entorno cercano. Comprobamos, como otras veces, que las dificultades son cada vez mayores. Ese reto nos ayuda a ser creativos y dispuestos a cambiar esquemas.
Los niños, unos dieciocho, hijos de los laicos de la Consolata, también fueron protagonistas del encuentro. Ellos dieron vida a los momentos lúdicos involucrando a los adultos en sus juegos y fantasías.
Nuestro fin de semana de convivencia, celebrado dentro del ya clásico espíritu de familia del IMC ha sido un incentivo para animarnos mutuamente y mirar al futuro con optimismo.