Afortunadamente en estos meses no hemos tenido muchísimos problemas (pero sí los hubo, en algunas ocasiones) y no ha habido que lamentar "muchas" víctimas civiles (lo de "muchas" parece irónico o hasta cínico, pero en medio de una guerra combatida muy a menudo ignorando los principios del Derecho Internacional Humanitario, es casi un logro).Por otro lado la militarización del territorio se mantuvo durante estos tres años que pasaron después de la toma de Toribío e hizo que la guerrilla, sin dejar de estar de una u otra manera presente, sin embargo alentara un poquito la presión y perdiese el control casi exclusivo del territorio. Ahora bien, el tener a los dos grupos armados presentes al tiempo en el mismo territorio significa ciertamente mayor peligro para la población civil que, en ocasiones, se encuentra en medio del fuego cruzado. En estos meses hubo unos episodios que produjeron también desplazamiento y hace unos pocos meses, en el mes de marzo, también una baja entre los civiles. Afortunadamente fueron episodios intensos pero no duraderos por lo que la gente pudo regresar a sus casas.
Varios decían que detrás de los militares y la militariazación del territorio vendrían los paramilitares y empezarían las masacres o ejecuciones sumarias, afortunadamente esto no se dio por lo menos en los resguardos en la zona de la cordillera. Abajo en el plano, los paramilitares han estado haciendo de las suyas desde hace bastantes años y su furia asesina y calculada se desata por temporadas. En la actualidad el municipio de Santander del Quilichao se ha vuelto bastante peligroso en este sentido y son bastante numeros los episodios de "limpieza social".El último episodio de esta guerra fue, como consecuencia de una infiltración durada meses, el bombardeo del campamento principal del Sexto frente. Fue un golpe muy duro a la guerrilla: perdieron muchos guerrilleros (además de los cuerpos que logró recuperar el ejército, de lo que la guerrilla pudo sacar, por lo menos unos 10-12 fueron enterrados en diferentes partes del municipio de Toribío -yo enterré a dos medio despedazados que, juntos, tenían 30 años, uno 16 y el otro 14), también cayó por lo meno uno de sus comandante que además era de una vereda próxima a Toribío y de otros comandantes dicen que no se tienen más noticias. En este momento los milicianos y la guerrilla están con un deseo grande de venganza, pero hasta el momento no han logrado llevar a cabo nada "significativo", eso significa que tendremos la región discretamente alborotada en las próximas semanas o meses. ¿Será este el primer signo elocuente del próximo reves de la guerrilla por lo menos en nuestro territorio así como está sucediendo en otras partes del país? ¿Estamos en las vísperas de ver el final de un conflicto que ha ensangrentado los últimos 50 años de Colombia? En este momento muy pronto para decirlo pero en buena parte de la población hay mucha "esperanza" en este sentido y eso explica la increíble popularidad del presidente Uribe. El problema es ¿a qué precio? y, sobretodo, ¿qué fuerzas ocultas seguirán manejando el negocio del narcotráfico? Al fin y al cabo, es lo que retroalimenta y -diría yo- justifica en un 90% la actual historia violenta de Colombia. Después de los grandes capos al estilo Pablo Escobar, tuvimos la "parapolítica" y la "farcpólitica", que resumidas en una sola palabra, podrían tranquilamente llamarse "narcopolítica"... infiltración de las instituciones representativas del estado al servicio de los nuevos carteles y los respectivos y aparentemente contrarios proyectos políticos. Es posible que estemos próximos al final de una etapa, pero no sabemos todavía muy bien como será la siguiente. Personalmente no creo que será menos violenta y sanguinaria de la anterior. De todo corazón quisiera poder decir en unos años que me equivoqué... en este momento, sin embargo, no logro ser muy optimista.