1º - La importancia de tener un continuo intercambio dialéctico "entre memoria y profecía".
Cada carisma se mantiene integro y puede progresar y desarrollarse dinámicamente fiel a la inspiración del Fundador si, de parte de sus miembros, hay una voluntad y preocupación constante de darle una respuesta propositiva y creativa. Esto es de fundamental importancia para que una Congregación no pierda el norte o transforme el carisma original en una pieza de museo.
La intuición de los Santos Fundadores tienen la característica de haber sabido detectar una necesidad en la Iglesia, de haberla asumido para darle una respuesta "propositiva y dinámicamente creativa". Esto es especialmente evidente en los así llamados "santos sociales" o fundadores de congregaciones religiosas de vida activa.
2º - "Evangelización y promoción humana" es la metodología que enseña el Evangelio: Jesús inicia su misión "predicando el Reino de los Cielos y curando las dolencias del pueblo, que hace parte de este Reino". (Lc 4, 16 – 20).
3º - "Evangelización y promoción humana" al tiempo de San Pedro Claver en su trabajo en Cartagena de Indias, "allí y en aquel tiempo" con los esclavos negros que llegaban al puerto.
Ya desde ele punto de partida hay que decir que San Pedro Claver no cuestionó la esclavitud en cuanto tal, se ocupó de los esclavos que llegaban al puerto de Cartagena hasta hacerse, "esclavo de los esclavos negros "
El cuidado pastoral ejercido por las Ordenes Religiosas presentes en América Latina en ele tiempo colonial se orientó preferencialmente hacia los indígenas. Los negros no constituyeron para ellas una prioridad.
Sin embargo, a partir del siglo XVI, debido al aumento del número de los esclavos, los Jesuitas empezaron a tomarse en serio el problema y a intervenir en él.
El impacto que causó en ellos la presencia de tantos negros que llegaban a Cartagena, sus precarias condiciones de vida y el abandono espiritual en que yacían fue tal que decidieron dedicarse a ellos con un especial y apostólico interés.
Los Jesuitas fueron a buscar los negros allí donde se encontraban: en los buques negreros recién llegados al puerto, en los arrabales de los "tratantes" donde los mercaderes esclavistas los hacinaban como ganado, en las plazas públicas y hasta en las casas donde servían. Los curaban primero, luego los catequizaban y los preparaban al bautismo y demás sacramentos y, por último, los confiaban al cuidado de alguna asociación religiosa para el seguimiento y consolidación de su vida cristiana.
Pedro Claver no cuestionó la esclavitud en cuanto tal, ni lo haría podido hacer en su tiempo. Cuestionó sí, y muy radicalmente, con el ejemplo de su vida, el trato inhumano que se daba a seres humanos como él y como todos nosotros y lo hizo curando los cuerpos e ennobleciendo los espíritus, al ejemplo de Jesús "predicando el Reino de los Cielos y curando las dolencias del pueblo que hace parte de este Reino" (Lc 4, 16-20).
Siguió en su labor la metodología y el proceso de catequesis propuesto por el P. Sandoval, su superior. Metodología inspirada claramente en el principio aristotélico de que "… el amo y el esclavo que por naturaleza merecen serlo, tienen intereses comunes y amistad recíproca".
Si, esta metodología, la juzgamos con la mentalidad de hoy resulta muy cuestionable, incomprensible y hasta absurda.
Evidentemente tal metodología tendía a conducir el elemento negro a la aceptación de su "condición natural" y Alonso de Sandoval recomendaba a los doctrineros métodos y modalidades de catequesis basadas en consideraciones religiosas, pero determinadas por circunstancias económicas.
Pedro Claver no era filósofo, ni pretendía serlo. Era si un Religioso de la Compañía de Jesús, bien empapado del carisma que desde siempre fue característica de los Jesuitas: evangelizar promoviendo a las personas. Su intuición evangélica detectó una necesidad en la Iglesia y de acuerdo al carisma trató de darle una respuesta evangélica como se la habría dado Cristo. Curó las dolencias construyendo el Reino, haciendo lo que le mandaban hacer sin miramientos humanos y sin segundas intenciones o intereses. No tuvo vida fácil ni siquiera con sus co-hermanos, pues esa "humanidad olia mal" y podía ser causa de enfermedades y epidemia. Por eso hasta su habitación y el lugar donde podían arrimar los negros en el inmenso colegio de Cartagena fue reducido a un pequeño rincón bajo el reducto de una escalera. Allí su superior lo sorprendió un día mientras lamia las llagas de un leproso que estaba curando. Así Pedro Claver evangelizó y promocionó humanamente a su gente.
Pasaron 500 años. Los esclavos de los tiempos coloniales ya no existen. Una forma de esclavitud ha pasado pero otras nuevas formas han llegado y están haciendo estragos, sobre todo en las franjas más humilde y vulnerable de tanta gente desplazada y desorientada que hoy también andan vagando "como ovejas sin pastor".
El mensaje evangélico "de curar dolencias y anunciar la buena nueva" sigue vivo y actual hoy como el primer día cuando Cristo lo proclamó.
Cristo envió a su Iglesia a anunciar el Evangelio a todos los hombres y a todos los pueblos. Puesto que cada hombre nace en el seno de una cultura, la Iglesia busca alcanzar con su acción evangelizadora no solamente al individuo si no a la cultura del pueblo. Trata de alcanzar y transformar, con la fuerza del Evangelio, los criterios de juicio, los valores determinantes, los puntos de interés, las líneas de pensamiento, las fuentes inspiradoras y los modelos de la vida de la humanidad, que están en contraste con la Palabra de Dios y con el designio de salvación (Puebla Nº394).
En Puebla además la Iglesia latinoamericana se comprometió a multiplicar sus esfuerzos para evangelizar a todos, pero sobre todo a los que se encuentran en situaciones de permanente y urgente necesidad de evangelización. Entre ellos los afro-descendientes tantas veces olvidados (Puebla 365).
Por otro lado la reciente Conferencia en Aparecida sintoniza con todos estos compromisos "expresando su firme voluntad de proseguir" (DA 526) en esta misma línea.
El grupo de la "Pastoral afro" de la arquidiócesis de Cali lo asumió también como lema programático: "Evangelización y promoción humana integral del pueblo afro"
Su acción es exigua pero su voluntad y compromiso alberga en personas cuyos corazones laten con dimensión universal. Hoy se solidariza con tantos otros amigos reunidos en torno a esta causa humana, social y misionera para juntos "remar mar adentro" y construir la civilización del amor.
Que San Pedro Claver nos estimule e interceda por nosotros.
