Pero los que vienen consideran que todos los que viven en el Caguán son delincuentes”, afirmó Franzoi desde la ciudad de Roma donde atendió la llamada de RCN Radio.
El padre Jacinto, como lo llamaban sus fieles en Remolino del Caguán, instauró una denuncia contra el Ejército en 2004 por maltrato de las tropas contra la población civil. Posteriormente, fue acusado en mayo de 2008 por el CTI de la Fiscalía de ser colaborador de la guerrilla de las Farc con la acusación de haberles entregado 150 millones de pesos que estaban destinados para la construcción de un acueducto. Esta acusación fue luego desprovista de toda validez con una carta que la Fiscalía General de la Nación le envió a la Embajada de Italia en Colombia.
Las denuncias
Este religioso, que admite haber sido hijo intelectual de la revolución del 68, sostiene en su libro que las “pescas milagrosas y los falsos positivos se repiten frecuentemente, de manera particular cuando una organización del Estado, presionada por el Gobierno, tiene que entregar resultados”, dice advirtiendo sobre el equivocado funcionamiento que tienen las redes de informantes en esa región, “sólo acusando, un informador puede seguir gozando de sus privilegios garantizados por el Gobierno”, añade.
Aunque admite que todavía guarda un cariño especial por la tierra caqueteña donde trabajó por tres décadas, el padre Franzoi afirma que nunca más volverá a pisar suelo colombiano. “Cuando en Bogotá me enteré de que yo estaba vinculado (con la guerrilla), para no hacerle daño a los habitantes de Remolino, yo no volví allá, ni para recoger mis cosas. Estoy desprendido de cualquier cosa, porque no son las cosas las que llenan el corazón, sino los ideales”, concluye evidentemente conmovido.
Por: HERNÁN RESTREPO
Editor web RCN Radio