Turín es la ciudad cabecera de la región de Piamonte en el noroeste de Italia. En ella está arraigada desde hace miles de años la devoción a la Santísima Virgen Consolata. Durante más de trescientos años ha sido la patróna de la ciudad. Entre las explicaciones presentadas para la profunda devoción a la Consolata por parte de los habitantes de Turín se encuentra una leyenda de más de novecientos años de antigüedad.
Más informaciones (italiano) sobre la devoción a la Consolata y história del Santuario y imagen.
Episodio 1: El Ciego de Briançon
A lo largo de la Edad Media se testifica un gran crecimiento de la devoción mariana, tanto en el pueblo como en la corte sabauda, sostenida y alimentada por dos tradiciones diferentes, entre ellas una que cuenta que en 1104 un Juan Ravais, tuvo una visión de la virgen que fuera hasta Turín y encontrara su imagen debajo de los escombros de la capilla cerca de la Iglesia de San Andrés. Como premio recuperaría la vista. Llegando cerca de Turín el ciego pudo ver la torre de San Andrés, guiado por su acompañante empezaron la excavación y pronto apareció el cuadro de la Consolata. Delante de este milagro, toda la ciudad guiada por el obispo, emprendió la reconstrucción de la capilla y la devoción de la Consolata tomó un entusiasmo desconocido y se transformó en el centro de la devoción y piedad Mariana de la ciudad y sus alrededores...
Episodio 2: Pasos de ciego Juan R.
Cuenta el relato del largo camino del ciego Juan Ravais de Briancom, plagado de dudas, preocupaciones y dificultades, que aún así, no lo hicieron renunciar a su meta. Este camino que lo llevó al encuentro consigo mismo y con el otro, ahí, donde nacen las relaciones humanas que nos permiten compartir el milagro de la vida. Nos transmite esa gran fuerza inspiradora que tan bien conocemos los que sentimos en el corazón a nuestra madre Consolata.
Episodio 3: El encuentro.
El ciego Juan Ravais, después de mucho esfuerzo, encuentra el cuadro de Nuestra Señora de la Consolata. Recuperó la vista en forma milagrosa y definitiva. El milagro acontece en este contexto de búsqueda, de sentido de la propia existencia, se va gestando en el camino andado.
Este milagro que se hizo visible en Turín, motivando a la gente del lugar a la reconstrucción de una capilla , impulsó una fuerte devoción a la Consolata que perduró en el tiempo y se multiplica por el mundo.