21 enero

En medio de muchos rumores y sospechas, euforias y frustración pasa este día de manifestaciones.

Leo en los periódicos que han habido heridos (unos 33) y algunos muertos (5).

Por aquí se habla de un balance mayor, pero bueno, como os digo, muchos rumores.

En nuestro barrio, después de la primera Misa, todas las parroquias cerraron las puertas y los cristianos se pusieron en marcha para manifestarse. Algún grupo marchó más que otro antes de ser dispersados con lacrimógenos.

No vimos más. 

Es curioso que paralelamente a lo que sucedía en la carretera principal, en las calles del interior del barrio la vida continuaba sin mucha preocupación, con un cierto desencanto o indiferencia. Hay quien no pone su esperanza en estas marchas, cansados de promesas y esfuerzos vanos.

24 enero

Hoy he pasado la mañana en el centro de Kinshasa para encontrar a los responsables nacionales de una asociación, "Acción Damián", que se ocupa de la lucha contra la lepra y la tuberculosis en colaboración con el sistema oficial de salud.

Ha sido positivo el encuentro y hemos encontrado una persona comprometida, antiguo enfermo de tuberculosis que al curarse, se ha convertido en activista contra la enfermedad y se ha comprometido con otras asociaciones.

Se van abriendo horizontes y tomamos contactos que nos ayudarán en el futuro.

Por lo demás un día tranquilo en medio del caos de Kinshasa. Mucha gente, bastante serena, por donde yo me he movido.

Aunque se ve que en los medios de comunicación se está haciendo campaña contra la Iglesia y contra los sacerdotes, creo que la gente sabe cuál es la posición que está tomando, como dice el papa Francisco, estamos ahí para buscar el bien común de manera pacífica.

Pues eso, la gente como es por aquí: amable, acogedora, alegre, a pesar de la situación.

Siempre esperando, siempre confiando, siempre caminando, buscando sobrevivir.

Este es el pueblo de la esperanza.

26 enero

Ayer fué un día tranquilo, con espacios de fraternidad y Gracia.

Por la mañana, a las 4:45  un señor del barrio, al verme a pie, quiso acompañarme en coche hasta la comunidad de las heermanas. Fue un bonito momento para compartir y conocernos.

A la vuelta, cada vez más niños y jóvenes se toman unos minutos antes de llegar a sus escuelas para saludarme (soy nuevo en el barrio y el color llama la atención). También los adultos, curiosos por lo que pasa, me paran para conocerme. Son espacios de encuentro, de alegría y gratuidad.

Ya en casa he preparado un borrador para un folleto de sensibilización contra la lepra y la tuberculosis.

El resto del día no hemos tenido electricidad, así que he aprovechado para leer y sacar espacios para compartir con los hermanos que poco a poco van llegando para nuestra conferencia regional y con otros que esperan el día del vuelo de vuelta a su misión.

27 enero

Estos días tenemos muchos cortes de electricidad. Es normal en Kinshasa, a pesar de tener una central hidroeléctrica capaz de abastecer las necesidades energéticas de varios países.

Hay que ingeniárselas para percibir cuándo dan la electricidad para poder aprovechar al máximo este recurso.

Esta situación se convierte en oportunidad para el encuentro con otras personas, alimentar el diálogo, cimentar relaciones y amistades.

Esta mañana, era aún de noche, de camino hacia la comunidad de las hermanas, una persona que iba al trabajo me llamó para manifestarme su gozo al verme pasar cada mañana a esas horas por las callejuelas del barrio para ir a celebrar la Eucaristía, el sacramento de la Vida y del Amor.

Yo también gocé viéndolo a él y a tantos otros luchadores y testigos de la Esperanza, que son testigos de la Vida y el Amor en situaciones límites, sin adoptar victimismos, sino con fortaleza y esperanza. Testigos vivos de la victoria de Dios.

Muchedumbre de personas anónimas que van a trabajar de madrugada, recorriendo kilómetros a pie, para volver de noche, agotados, después de luchar con una jungla de asfalto y dificultades, suspirando por una oportunidad para volver por la noche con algo para que sus hijos puedan comer hoy, el pan de cada día.

28 enero

Hoy he participado en la celebración de la Eucaristía en una capilla que se convertirá en parroquia el día 11 de febrero.

La comunidad cristiana se está preparando como puede, con gran entusiasmo. El edificio está inacabado, pero la comunidad está animada y confía en ir poco a poco terminando lo que queda. Lo que cuenta es echar a andar en comunidad, como familia de Dios.

Después del entusiasmo y la vivacidad de la celebración me ha tocado ponerme a escribir y leer para seguir preparando la asamblea de nuestra familia misionera en la RDCongo.

Ahora ya, antes de cerrar el día, empezamos a saborear la fiesta de mañana: 117 años de la fundación de nuestro Instituto Misionero, 117 años de compromiso con la humanidad sufriente, vidas ofrecidas por la Buena Noticia compartida con los últimos.

31 enero

Aún no he llegado a Bayenga, nuestra misión en el nordeste de la RDC, entre los pigmeos, pero ya me estoy enredando en una historia apasionante, que absorve todo lo mejor que nuestro Señor me ha ofrecido.

Ayer y antes de ayer han sido dos días intensos de visitas, a través de las cuales voy conociendo a cientos de niños (ya sé que en España no se ven tantos por las calles, pero venid y veréis!!!!), a sus familias, sus escuelas, sus barrios, sus vidas, siempre al límite, siempre intensas, siempre luchando, siempre esperando, a menudo sonriendo y ofreciendo amistad.