Vamos a avisar a la gente de que ustedes han llegado, para poder empezar – dijo don Rodolfo. Y se dirigió al manguaré que estaba en la entrada de la maloka… ¡y se puso a tocarlo! He visto otras veces estos instrumentos indígenas tradicionales (en Indiana tenemos uno), pero siempre como mera decoración o en museos etnográficos. La llamada se me quedó en la retina, como otras muchas imágenes, sonidos y sabores de estos días de visita al Estrecho, capital del Putumayo.