El Sínodo para la Amazonía fue un momento en el que “se nos presentó la Amazonía a los ojos de la Iglesia”, de donde “salió una Iglesia comprometida en alianza con una realidad, para defender la vida del planeta y de los pobres”
“La pandemia nos debe llevar a preguntarnos las conversiones que esto produce en nosotros, a ver que no todo está resuelto, de volver a los elementos esenciales, de ver que los pueblos orginarios muestran otras maneras de ver la realidad”