Dos hechos graves y
dolorosos contra la población civil por parte de la guerrilla nos han afectado profundamente: el primero, la
masacre de nueve civiles perpetrada el 25 de febrero en El Diamante (Municipio de Puerto Rico), en el mismo ataque otros
once civiles fueron heridos, entre ellos un menor de edad. El segundo, el atentado con casa-bomba que ocasionó la
muerte a tres personas civiles (entre ellos un niño de ocho años) y un militar, que además
causó heridas a otras siete. Estos acontecimientos han agudizado la crisis y se han convertido en elementos
definitivos para la desestabilización política, social y económica de la región.
Por esta razón, la población de nuestra región se ha visto afectada de múltiples
maneras:
Seguridad
La constante amenaza y riesgo, para los funcionarios
públicos, hace que la administración en este momento de crisis se encuentre limitada para dar soluciones a
la problemática. De todas maneras, la administración está haciendo intentos a través de
Acción Social para una posible ayuda en alimentos. El gobierno local ha decidido permanecer y afrontar la crisis
aun con las dificultades propias de la situación.
El comercio en general y el servicio de
transporte público, debido a las amenazas, han decidido mantener cerrados sus locales y no prestar el servicio
hasta que no se les garantice la seguridad por parte del Estado o que las FARC-EP les autoricen reanudar sus labores.
Con el atentado de la casa-bomba, la comunidad en general ha entrado en pánico y en estado de
parálisis. La población está esperanzada en que después de las elecciones del próximo
domingo 12 de marzo, llegue la normalidad y puedan continuar con sus labores.
Movilización y libre desplazamiento
A partir del 14 de febrero, el transporte
público y privado intermunicipal e interveredal progresivamente se ha restringido. Frente a esta
problemática, las Fuerzas Militares han tenido que acudir a la modalidad de escoltar caravanas, pero luego de la
masacre de Puerto Rico y el continuo hostigamiento a las mismas, la posibilidad de movilización y de
aprovisionamiento del municipio se ha limitado. En la zona rural, la inmovilización es total.
Crisis humanitaria
Alimentación: Como consecuencia de la
inmovilización, se ha venido presentando desabastecimiento de víveres; la mayoría de la
población que vive del trabajo informal no tiene la posibilidad de conseguir el sustento diario. En estos momentos,
el 80% de la población que vive del día a día no tiene posibilidad ni de trabajo, ni de
adquisición de alimentos, lo cual ha provocado una grave crisis humanitaria; esta población no tiene con que
comer. En el día de hoy, 9 de marzo, se inició una estrategia para mitigar el hambre a través de
ollas comunitarias en la que se beneficiarán alrededor de 1200 personas, en los sectores más vulnerables del
casco urbano. Desafortunadamente, no podemos sostenerlas por más de tres días y la situación tiende a
empeorar.
Salud: En medio de esta crisis, se incrementa el número de enfermos y
la capacidad del hospital municipal no responde a tanta necesidad. Nos encontramos ante una seria escasez de medicamentos
y el remitir enfermos en grave estado a Florencia u otras ciudades es casi imposible. Los heridos que quedaron del
atentado con casa-bomba se pudieron trasladar gracias al apoyo aéreo de las Fuerzas Armadas, pero sabemos que los
enfermos que surgen cada día en el municipio no tendrían esta posibilidad de traslado. El hospital, su
director, el cuerpo médico y de enfermeros y enfermeras, hacen grandes esfuerzos cada día para atender la
población. No obstante, ante una agudización de la emergencia, la situación sería inmanejable.
Educación: Tanto en la zona rural, como urbana, las instituciones educativas no
están trabajando. La Secretaría de Educación en coordinación con las autoridades municipales
se han visto obligadas a cerrar hasta nueva orden. Por lo tanto, los niños, niñas y jóvenes quedan
más expuestos en materia de seguridad, para las familias es más complicado manejar y controlar a sus hijos y
los estudiantes no se pueden beneficiar de los restaurantes escolares, especialmente los de la zona rural.
PLAN DE CONTINGENCIA
Ante este difícil panorama, nuestra Iglesia ha asumido algunos
aspectos del Plan de Contingencia elaborado por la Administración y otras instituciones del municipio.
1) Ollas Comunitarias en el área urbana (San Vicente del Caguán)
En
este momento, en tres sectores vulnerables de San Vicente estamos atendiendo 1200 personas a través de Ollas
Comunitarias (para atender población infantil, ancianos y mujeres gestantes), utilizando la remesa que el ICBF, a
través del Vicariato, asigna a los restaurantes escolares de las instituciones educativas. Esta ha sido una
iniciativa que ha surgido gracias al trabajo interinstitucional con la Administración, la Defensoría del
Pueblo, la Personería, los rectores y la Iglesia. Como dijimos anteriormente, en tres o cuatro días se
habrá terminado la remesa y es aquí en donde nosotros queremos hacer un llamado a la solidaridad de ustedes:
Tenemos la urgente necesidad de atender, por lo menos 2000 personas más, que sabemos no
están siendo beneficiadas por las Ollas Comunitarias. Requerimos de 1000 mercados para atender a estas personas
durante 15 días más.
2) Atención al Sector Rural
El
sector rural ha sido el más perjudicado en esta situación de paro armado, ya que no han podido salir a
comercializar sus productos, y tampoco a aprovisionarse de víveres. Hay un desconocimiento total de la grave
situación por la que están atravesando, debido a la imposibilidad de comunicación. Hemos tenido
noticias de familias que han llegado al casco urbano de los diferentes municipios, sin embargo, la mayoría de la
población rural se encuentra sitiada y confinada en sus lugares. Creemos que en los próximos días
esta población tendrá que salir a buscar alimentos y atención médica.
Dentro
de esta población afectada, queremos mencionar los caseríos de: Guayabal, Guacamayas, Tres Esquinas, San
Juan de Losada, La Aguililla, Lusitania, Betania, Santa Rosa, Los Pozos, Las Delicias, La Sombra, La Ye, Cristalina,
Puerto Amor y Campo Hermoso, en San Vicente del Caguán. Otros Municipios como Solano, Cartagena del Chairá y
Puerto Rico en el Caquetá; y Puerto Leguízamo en el Putumayo.
A través de las
parroquias, queremos realizar un Plan de Contingencia para 5000 familias, de ahí que solicitamos remesa para
atender esta necesidad.
POBLACIÓN
ATENDIDA NÚMERO DE BENEFICIARIOS
MERCADOS
RURAL &nb
sp; 5000
FAMILIAS
5000
URBANO (Ollas Comunitarias) 3200
PERSONAS
1000
TOTAL &n
bsp; &nbs
p;
&n
bsp; 6000
Queremos agradecer a
todos ustedes por la solidaridad y el apoyo constante a través de sus oraciones y de la ayuda efectiva que en este
momento nos están brindando. Nos sentimos acompañados y animados para continuar con firmeza nuestra
presencia y servicio incondicional por los más pobres y por las víctimas del conflicto armado. En esta hora
de dolor, el Espíritu Consolador nos dará la sabiduría y la fuerza para seguir anunciando a
Jesucristo con radicalidad y profetismo. Ustedes, con su solidaridad y compañía, nos ayudan a vislumbrar y
hacer posible el Reino de Justicia, de Verdad y Paz en nuestro pueblo.
Afectísimo en Cristo
Jesús,
Francisco
Javier Múnera Correa, imc
Obispo
Vicariato Apostólico San Vicente – Puerto
Leguízamo