Cuando consideró cumplida la obra de misericordia se encaminó hacia la salida y… ¡Oh sorpresa! Le dijeron que no podía salir antes de las tres de la tarde, eran las diez de la mañana. Le explicaron que cuando uno solicita “visita”, se entiende una permanencia de varias horas, que para las parejas se denomina “visita conyugal” y que cuando es para un breve saludo hay que solicitar una simple “entrevista”.
{mosimage} No valieron las protestas ni su figura de anciano sacerdote misionero. Le tocó, a regañadientes, esperar a que se cumpliera el plazo previsto por el reglamento carcelario, y fue así que, mientras los demás concluíamos la X Conferencia Regional con un buen almuerzo y regresábamos a la Casa Regional, el P. Silvio estaba retenido contra su voluntad en la cárcel de mujeres.