El lunes 27 de noviembre
tuvimos nuestra asamblea ordinaria con el tema: Recualificar nuestras
relaciones interpersonales y comunitarias en el Espíritu de Familia. Fue dirigida por la Hermana Maritza
Klidt, Secretaria Ejecutiva de la Conferencia de Religios@s de Venezuela.
Nos congregamos en Caracas, en
la casa de la Delegación, los misioneros de todas nuestras comunidades apostólicas IMC. Los padres Charles
Gachara (que se encuentra disfrutando de sus vacaciones) y Alex Conti (que está en Italia acompañando a su
mamá enferma) no estuvieron presentes.
El padre
Lisandro, superior Delegado, nos dio una fraternal bienvenida. Luego se realizó una oración pidiendo a la
Virgen Consolata y al P. José Allamano que nos acompañaran en nuestro encuentro, para así
fortalecernos en el espíritu de familia y en la unidad de intentos tan deseada y querida por él.
Después presentó el programa de la semana, en seguida presentó también a la hermana Maritza,
la cual inicio el desarrollo de la temática para nuestra Asamblea.
Después de reflexionar
en la temática tanto a nivel personal como comunitario, nos dejamos interpelar por la VI Conferencia de nuestra
Delegación, cuyo objetivo es el de recualificar nuestro ser y quehacer como Misioneros de la Consolata siendo sal y
luz del mundo para la Iglesia Venezolana hoy. Pensamos que es necesario esta nuestra recualificación en primer
lugar, para que luego nuestra labor misionera sea también de primera calidad.
Se abrió
también un espacio para que cada comunidad compartiera a la luz de la VI Conferencia, el cómo la estamos
viviendo. Culminamos la Asamblea con un paseo comunitario a un parque de diversiones en las adyacencias de Caracas llamado
“los picapiedra”. Fue un momento muy agradable en donde todos tuvimos
la oportunidad de relajarnos y distencionarnos para luego regresar a nuestras comunidades y continuar con nuestro trabajo
misionero. La Asamblea la vivimos con mucha apertura y fraternidad, claro esta, concientes y pendientes de la
situación política que esta viviendo nuestra Venezuela. Con todo lo que reflexionamos concluimos que:
“Cuanto más persona soy, mejor será mi comunidad
apostólica”.