La gran mayoría de ellos, eran personas desplazadas y víctimas de la violencia. Hasta ahí todo bien.
Lo impresionante de todo esto es que estas personas fueron capacitadas (durante 10 sesiones distribuidas en los útlimos 3 meses) por los que hoy llamamos Líderes de paz, o sea ex-combatientes de grupos subversivos, entrenados por la Fundación para la Reconciliacón para tal fin.
Ellos coordinan y animan las actividades de los 5 Centros de Reconciliación que hoy en día tenemos en Bogotá.
Pronto estaremos abriendo otros dos Centros de Reconciliación en Buga la Grande y San Vicente del Caguán.
Esta maravillosa experiencia nos permite confirmar con cada vez más certeza y alegría que sin perdón no hay futuro!
El perdón y la reconciliacion se van convirtiendo en condiciones sine-qua-non es posible el desarrollo de las personas y de los pueblos. Lo sabía bien Jesús, quien lo dejó como legado central de su evangelio.
De esta manera siento que me voy acercando a uno de los ejes prioritarios de la misión de Jesús... y de la Iglesia.