El III Encuentro Continental de Laicos Misioneros de la Consolata inició en una mañana fresca y lluviosa. Los participantes de Argentina, Brasil, Canadá y Colombia se dispusieron a compartir cada uno de los momentos con la alegría propia de un corazón puramente misionero.
En la primera jornada, la oración de apertura, estuvo precedida por nuestra Madre Consolata, el Beato José Allamano, las Beatas Irene y Leonella y San Oscar Romero. Los coordiandores anfitriones ofrecieron una reflexión basada en el “aguayo” (manta para llevar a los hijos en Bolivia), símbolo de una Consolata que cobija y cuida al pueblo americano.
Posteriormente se vivió la presentación del Encuentro, momento en el que los participantes descubrieron las diferentes instancias continentales a través de tres juegos
Por la tarde, y ya conformados en pequeños grupos de trabajo, los participantes reflexionaron y analizaron las propuestas del documento en los ejes: Animación Misionera y Comunicación. Cada decisión adoptada marcará el camino de aquí a tres años.
El día culminó con la Celebración de la Eucaristía, en ella, el Padre Luis Manco invitó a interiorizar en la esencia del anuncio, a imitación de la entrega de Cristo en la Cruz.
Misión y Organización
En el segundo día de Encuentro LMC América, las vivencias de trabajo y oración fueron las protagonistas de la jornada. La jornada se visitó de alegría con la visita de la Hna. Ruby, ya que con la presencia del P. Luis, los tres sujetos carismáticos de la Familia Consolata se unieron en comunión.
Los momentos de trabajo estuvieron marcados por los ejes: Misión, Organización y Familia Consolata. A partir de los trabajos en grupos reducidos, cada equipo formuló propuestas concretas que facilitaron el desarrollo de los ejes antes mencionados. Tal vez uno de los mayores logros fue la elaboración de indicadores que complementarán el trabajo de la Secretaría Continental, todo esto en vistas de una familia misionera con vocación de misión.
La jornada culminó con la celebración de la eucaristía en donde se invitó a los laicos a anunciar con el testimonio de vida, siendo firmes en la oración y en la diversidad, rescatando la unidad de intentos; a la luz de la vida de San Juan de la Cruz.
Los Laicos Misioneros de la Consolata reafirmaron su deseo e intención de continuar el camino de formación, misión y animación.
Tejido de Vidas
En el segundo día de Encuentro continental, los laicos misioneros de Brasil (Janice, Márcio, Fabrizia y Dóris), compartieron una reflexión y oración con una dinámica muy particular. El altar estuvo ornamentado con la imagen de María esperando al niño Jesús; rosarios misioneros y huellas pequeñas. El componente que sostuvo a todos los símbolos fue el tejido (manta), compuesto por varios cuadrados pequeños, entretejidos unos con otros. Cada cuadrado fue aportado por los niños de la catequesis de una parroquia en Brasil.
El mensaje principal se centró en importancia de entrelazar-ligar los tejidos que componen la vida de cada persona, sus historias, sus esperanzas, tristezas y alegrías. Desde la sencillez de cada acción se confeccionan tejidos de esperanza, porque el camino que se comparte se consagra al amor que todo lo renueva.
Además, los guías y participantes, enfatizaron el valor del anuncio de Cristo en la primera infancia, en los primeros años de los niños, a través de la catequesis. De esta manera, resaltaron, se accede al corazón de cada uno de ellos imprimiendo un sello distintivo, que difícilmente puede ser borrado. Entre muchos casos por mencionar, se compartió la historia de un niño de Brasil, el cual pudo sobreponerse a su historia de vulnerablidad cuidándose en cada momento de violencia que atravesó, oyendo la voz de su catequista que le decía: “ cuando atravieses un momento difícil, cúbrete debajo del manto de la virgen.”
La oración finalizó con el rezo del Ave María, presentando las intenciones que cada laico misionero de la Consolata llevaba en su corazón.”