18 enero
He aprovechado el día. He cogido los medicamentos y a las 12h00 ya estaba en Marandallah (con un neumático pinchado). Tras comer, he ido al centro de salud a organizar los medicamentos y verificar que todo lo que había pagado estaba allí. Una buena paliza. Aún he tenido tiempo para hablar con una chica que hace 1°ESO y que no ha llegado al aprobado el primer trimestre. También he hablado con otra que está en 3°ESO y que ha tenido muy buenas notas. Su padre falleció cuando era muy pequeña y su madre el año pasado. Duro, difícil. Ser referencia y estar presente.
La alegría del día me la ha dado Julie de San Pedro, una chica de apenas 18 años que dio a luz ayer a una preciosa niña. Bonito que me haya llamado. Muchos le habían dado la espalda.
Estar, presencia.
19 enero
La alegría del día me la ha dado una mujer seropositiva que ha dado a luz un precioso bebé. Sólo por ella valía la pena tantos desvelos. Hoy John, el consolato con el que estoy en Marandallah, se ha ido a por sangre a Bouaké. Hemos estado una semana sin nada porque no había disponible en Bouaké (la segunda ciudad del país). Pero ha venido sólo con sangre para adultos porque no había para niños. Complicado ser un signo de consolación. Hoy también, el marido de una mujer seropositiva que falleció la semana pasada ha traído todos los rétrovirales que tenía en casa. Parece ser que la mujer venía a recogerlos pero luego no los tomaba. Muy duro. Por otro lado, han venido unos diez catequistas para una formación que ha empezado por la noche. Impresionante la entrega de cada uno de ellos.
20 enero
Voy un poco a contrareloj. Así que he puesto la contabilidad del centro de salud al día y, por los pelos, pero cerramos con beneficio. Hoy otra mujer seropositiva ha dado a luz sin problemas. Sólo por estos bebés vale la pena todo el esfuerzo. Mientras, la formación de catequistas avanzaba. Por la tarde he hecho 160 km de pista para ir a Dianra a acompañar al formador. He tenido la oportunidad de ver a Suzanne, auxiliar en nuestro centro de salud allá, que está a punto de tener su segundo hijo, y a la familia de Marc, un catequista, que me ha acogido de maravilla. Ya en casa, una pareja que había dejado la iglesia ha venido para explicarnos los motivos de su retorno. Ha sido edificante. Dialogar en la fe.
21 enero
La eucaristía de hoy ha sido bonita, sentida. Ha habido conexión, hemos profundizado en los mecanismos de las traiciones en las distintas fasse de la vida: traiciones uno mismo, la familia, el conyuge... Ha dado mucho juego. Y la gente ha participado un montón.
Luego, ha venido una chica que ha perdido la visión en un ojo desde hace un mes para que la viera. Va a ir a Yamoussoukro el viernes, así que a ver qué es lo que le dicen.
Otra mujer ha venido tras la eucaristía. También con problemas de salud. El centro de salud desempeña su trabajo pero la gente otorga mucha capacidad curativa a la fe, a las convicciones.
Luego ha venido un hombre atrapado por los madebele. En la cosmovisión senufó hay un solo Dios y unos seres intermediarios que ellos llaman madebele (en singular, madew) [evito traducirlos para evitar prejuicios, ya que no existe una traducción exacta con el contenido semántico que ellos dan].
En la familia, cuando se viven rupturas vitales como la enfermedad, la pobreza, la muerte, los estudios o el trabajo, se va a consultar a un sandoonaon, si es un hombre, o a una sandoocew, si es una mujer que, previo un pago de dinero o en comida, pide hacer sarigele (en singular, sarigi), es decir se mata un animal y se vierte su sangre a la tierra como ofrenda a los madebele.
El sandoonaon o sabdoocew puede pedir también otras cosas a la persona como no comer ciertos alimentos, o no ir al campo ciertos días o llevar ciertos objetos o prendas. Está conducta calmará a los madebele y las preocupaciones de la persona encontrarán una solución.
Esta situación hace que algunas personas llevan una vida con prohibiciones que le cansan. Lo que comentaba sobre las comidas que no puede comer o días que no puede trabajar u objetos y prendas que tiene que llevar. Y esta es una de las razones por las que encuentran en la fe cristiana o musulmana una liberación. Es una realidad que aterroriza a la persona y que la esclaviza.
Por la tarde he estado preparando la Asamblea de esta semana y luego he ido un rato al centro de salud a cerrar cuentas porque tenemos que cerrar el año contable dentro de una semana. La moto del centro de salud está averiada, así que he encargado a uno para que la arregle ya que el jueves comenzamos la campaña de vacunación contra la rubeola. Otro día completito y vivido en su presencia. Ahora a descansar que mañana a las cuatro y media hay que ir levantandose.
31 enero
Tras casi diez dias entre la Asamblea Continental en Bunju, Tanzania, y la Asamblea en San Pedro, de los misioneros que trabajan en Côte d’Ivoire, he vuelto a Marandallah. Y eso que estamos en plena estación seca y es el momento en el que las pistas son más practicables.
La llegada ha sido triste porque hemos cruzado un cortejo funebre. Ha fallecido una mujer de unos 40 años. Había tenido convulsiones en casa, dio a luz en un centro de salud de una aldea cercana y como no estaba bien la evacuaron al nuestro, pero ya era demasiado tarde. Es el segundo fallecimiento materno que tenemos en cinco años.
A eso se ha añadido que por la mañana falleció otra señora de unos 52 años. Estaba en las última con una anemia enorme. No sé pudo hacer nada.
Me duele estas muertes porque son la consecuencia de esperar demasiado antes de acudir a la estructura sanitaria. Tenemos que reforzar mucho más la sensibilización.
Por otro lado, la campaña de vacunación contra la rubeola va bien. Ya hemos sobrepasado el 40% de la población que nos han asignado y tenemos hasta el domingo para llegar a todos.
Acabo de llegar y mañana de nuevo viaje a Bouaké para pagar sueldos. Otro palizon, a las cinco arriba porque es fin de mes y el banco estará a tope. Paz y bien. Todo sea por ser esperanza y consolación en este entorno. Buenas noches y dulces sueños. _(hoy os escribo prontito porque estoy p'al arrastre).
Buenas noches y dulces sueños.