Paco y Fini llevan más de siete años caminando con nosotros. Paco ha dejado el trabajo de técnico informático y Fini, licenciada en economía era administrativa en una gran empresa multinacional.
David trabajaba como profesor de secundaria en el colegio de salesianos, muy apreciado por el profesorado y por el alumnado y Susi trabajadora social con más de seis años al servicio de Cáritas interparroquial de Elche. Ellas eran voluntarias del programa de Cooperación Internacional de Cáritas.
Recibieron el crucifijo en la celebración del envío misionero que tuvo lugar el pasado 2 de diciembre en la Parroquia Madre de Dios de Elche. Es la parroquia que asumió la Comunidad de Misioneros de la Consolata, como opción a las nuevas formas de Animación Misionera y Vocacional (AMV), fruto de la última Conferencia Regional.
{mosimage} La celebración de envío de estos laicos estuvo presidida por el Vicario Episcopal de la zona, D. José Antonio Valero, acompañado por el Superior Regional de España, P. Luis Jiménez, por el Delegado diocesano de Misiones D. Joaquín Carlos, por los Misioneros de la Consolata, por los Salesianos y sacerdotes locales.
En Elche, llevamos diez años de presencia misionera, la gente nos aprecia y valora por lo que somos, por nuestra vocación misionera y por el testimonio que han dejado los misioneros que han pasado por esta comunidad.
Estos cuatro laicos son un regalo que Dios ha hecho a la Misión por medio de la Consolata. Ellos ya estaban cuando nosotros llegamos aquí por primera vez, tenían y siguen teniendo una buena formación humana y cristiana. Nos esperaban antes que llegásemos porque necesitaban la formación misionera y conocer profundamente nuestra espiritualidad y carisma IMC y con todo este bagaje se han marchado al Congo.
Los encomendamos a la Virgen Consolata y al Beato Allamano porque estamos convencidos de que en este tiempo, los laicos tienen mucho que decirnos y que hacer en la misión.