La Comisión de Misiones del Episcopado, junto con el
Consejo Nacional Misionero, fue encargada de organizar, coordinar y animar la Asamblea en sus contenidos, reflexiones y
celebraciones.
Ya en los títulos de las ponencias presentadas por los
invitados y comentadas por la Asamblea, aparecen los grandes referenciales, reflexiones y proyecciones de la misión
hoy, que personalmente sintetizo y comento:
1. La Misión en la Iglesia Primitiva (P. Gustavo Baena, s.j.)
Este es un referencial fundamental basado en los
Hechos de los Apóstoles y en el Evangelio que es el mismo misionero Jesús, enviado desde el Padre. Esta
misión nos ofrece grandes lecciones para hoy:
A) La
más notoria es ciertamente la de la salida de los primeros cristianos más allá de sus fronteras
religiosas y geográficas, hacia el imperio romano, fruto de una generosa y decidida organización misionera,
guiados por el Espíritu Santo. Esta salida misionera trajo como consecuencia la inculturación de la fe,
acogiendo muchos elementos de la cultura y la religiosidad paganas e integrándolos en la vivencia cristiana. La
Conferencia busca un nuevo impulso misionero para la Iglesia colombiana y la Iglesia primitiva nos advierte que no se hace
verdadera misión sin ir más allá de las fronteras geográficas, sociales, culturales y
religiosas y sin los procesos de la inculturación.
B) Otro ejemplo que la Iglesia primitiva nos da es el respeto por las
decisiones tomadas en conjunto: el llamado “Concilio de Jerusalén” fue aceptado y aplicado
rigurosamente tanto por Pablo y Bernabé, como por la Iglesia de Jerusalén. Este es el verdadero camino para
la comunión, la participación y la catolicidad.
C) Otra lección que nos ofrece la Iglesia primitiva es la
del testimonio de los misioneros: Pablo, por ejemplo, daba testimonio del Crucificado-Resucitado que se había
revelado en él, gratuitamente. Esta experiencia pascual o encuentro con el Resucitado producía una total
transformación en el discípulo que lo convertía en apóstol y testigo capaz de anunciar el
evangelio, siendo él mismo Evangelio vivo. La misión es contagio, fascinación, testimonio fiel del
Resucitado, que es el mismo Crucificado. El misionero/a o es un autentico testigo del Señor Jesús o no es
misionero/a. No debe anunciar el Evangelio si ese Evangelio no sucede en él.
D) Finalmente, y aunque hayan muchas
otras lecciones de misión en la Iglesia primitiva, valorizamos el método misionero: en la práctica se
entendía la misión como crear, hacer nacer, comunidades cristianas. Pablo y Bernabé, por ejemplo,
fundaban solo una comunidad en cada lugar, pero le dejaban la tarea de crear otras. Este dinamismo misionero debe ser
rescatado, de lo contrario las comunidades no crecen ni maduran, se mantienen pasivas, exigentes y clericalmente
dependientes. La misión es de la comunidad y es por la misma se hace auténtica comunidad cristiana: cuanto
más misionera, más cristiana y cuanto menos misionera, menos cristiana.
2. La Misionologia hoy (Mons.
Victorino Girardi mcc. Obispo de Tiarán – Costa Rica)
La Iglesia siempre ha vivido de ese dinamismo generado entre lo vivido (la práctica misionera) y
lo reflexionado – tematizado (la misionologia o teología de la misión). Primero fue la misión y
después la teología, que no es otra cosa que ver, orar, reflexionar y tematizar la misión
contextualizada.
En este mismo orden de ideas, la
misión precede a la Iglesia, la misión hace nacer la Iglesia y no al contrario.
Como Dios siempre ha estado actuando el mundo y la Palabra, el Verbo, ya estaba
en él desde el inicio, con la fuerza creadora de su Espíritu, cualquier actividad a favor del Proyecto de
Dios, su Reino, ya es misión.
Pensar, entonces, la
misionologia hoy es fecundar la cristología y la eclesiologia e iluminar y forzar la identidad de la Iglesia,
servidora, signo y sacramento de la acción de Dios y no “dueña.
Hoy la Misionologia estudia algunos temas viejos con enfoques nuevos e iluminados desde la
perspectiva del diálogo interreligioso, tales como:
A) De la
Misión como actividad de la Iglesia a Misión como acción salvífica de
Dios – Trinidad.
B) De la Iglesia – Reino de Dios a la Iglesia servidora del Reino.
C) De
Camino a Caminos de salvación: el valor salvífico de las otras Regiones.
3. Los contextos de la misión ad gentes
hoy (Mons. Luís Augusto Castro Quiroga)
Para
que no perdamos el rumbo es necesario tener en cuenta los contextos y ámbitos en donde tiene lugar ese movimiento
llamado misión ad gentes.
Contextos misioneros en
el mundo actual:
- Las fuerzas absolutizadas: se trata de realidades
negativas, verdaderas fuerzas del mal o corrientes de muerte, originadas por el pecado de personas concretas, que
atraviesan todos los sistemas de una cultura y contaminan sus organizaciones, estructuras e instituciones. Los misioneros
ad gentes están llamados a un continuo discernimiento para entender estas realidades absolutizadas y poder penetrar
en ellas con la fuerza del Evangelio, en una misión de genuina liberación.
- Los nuevos Areopagos: los medios de comunicación,
los centros generadores o difusores de cultura, los derechos humanos y de la creación, la promoción de la
mujer y del niño, el mundo de la investigación científica especialmente en el campo de la vida que
requiere la bioética, las relaciones internacionales en especial la globalización, el compromiso por la paz,
el desarrollo y la liberación de los pueblos. Estos Areópagos, no siendo ni buenos ni malos, sí
necesitan ser inspirados e iluminados por los valores del Evangelio. Se vienen convirtiendo en la nueva frontera de la
misión.
- Otro elemento
del contexto es el territorio. Basándonos en la organización eclesiástica, el primer territorio de
misión es la Iglesia particular, llamada a responder a las necesidades de la acción pastoral, a los
desafíos de la Nueva Evangelización y a los retos de la misión ad gentes. Fuera del territorio de la
Iglesia particular, están los grandes territorios continentales – Asia, África, América, Europa
y Oceanía - cada uno con sus desafíos, aspiraciones y urgencias misioneras.
- La animación y formación misionera
también hacen parte del contexto. En el caso colombiano encontramos bien empeñadas en ésta tarea a la
Comisión de Misiones del Episcopado, el Consejo Nacional Misionero, el Centro Nacional Misionero y su
sección de Etnias, las Obras Misionales Pontificias, los Institutos Misioneros, los Laicos misioneros y varias
Iglesias particulares.
Ámbitos misioneros en la Colombia de
hoy (P. Francisco Seballos, Redentorista)
La actividad misionera debe estar guiados
e iluminados por una espiritualidad misionera, de lo contrarios se vuelve estéril y “quema” al
misionero.
Entre otros, los siguientes ámbitos
misioneros se destacaron en la Asamblea:
- Las Iglesias Particulares con
sus diferentes realidades de pastoral, nueva
evangelización y
misión ad gentes.
- Los
Pueblos indígenas.
- El
Mundo Afro descendientes.
-
Juventud de todas las clases sociales.
- Mundo de los alejados de la Iglesia.
- La familia
- Las grandes ciudade y sus periferias.
- Campesinos, verdaderas minorías empobrecidas.
- Movilidad humana: Desplazados internos, inmigrantes e emigrantes y
su
atención en el exterior (Europa y América del
Norte).
- El mundo de los
grupos armados (legales e ilegales).
- El dialogo ecuménico y las relaciones con las llamadas “sectas”.
- Los Medios de comunicación y el mundo de la
ciencia y la cultura.
- La
política y los constructores de la sociedad civil.
- La justicia social, paz y la convivencia responsable con toda la
creación.
CONCLUSIÓN
Un clamor se escuchaba en la Asamblea: el problema número uno de la
misión hoy, como su respuesta, está en los misioneros (evangelizadores laicos, consagrados u ordenados). La
misión necesita de testigos pascuales auténticos, que sean la Palabra hecha carne en medios de los pueblos o
grupos humanos, que fascinen, cuestionen y denuncien con la vida.
Formar
los misioneros para la misión de hoy es el primer desafió de la Iglesia, hoy.