Su voz tiene un sonido particular, pues los 23 años de residencia en tierras brasileras, hicieron que su español se influenciara del portugués y que el acento paisa se perdiera en una mezcla de palabras que denotan la práctica de otro idioma.
Pertenece a la comunidad de los misioneros de La Consolata, congregación cuyo objetivo primordial es el de evangelizar en tierras de difícil acceso y donde la Palabra de Dios poco se conoce. Es consciente de que su labor como misionero se fundamenta en acompañar el día a día de su pueblo para ayudarlo en el reencuentro con Dios.
Desafíos
Lo primero que hizo cuando llegó a Brasil fue aprender el idioma del país que le abrió las puertas, para conocer su idiosincrasia y su cultura.
“Es muy bonito porque así se viva de una forma diferente la espiritualidad, el ansia del hombre por encontrarse con Dios se ve en todas partes. Ese país es muy religioso (78% católico) y a pesar de que hay mucho sincretismo y expresiones religiosas, predomina el catolicismo”.
Agrega que son muchos los elementos que hay en común con Colombia, sobre todo en la búsqueda del mismo Dios y en la forma como se acompaña el proceso de crecimiento en la fe de los pueblos.
Su lugar de evangelización se llama Cascabel y se encuentra en el Estado de Paraná, “tierra productiva y próspera, además de ser una de las regiones más ricas del país”. Complementa esta observación con una frase que resume la dificultad que en algunos momentos le ha tocado vivir, "pues anunciar a Dios en medio de toda esa riqueza a veces es todo un desafío".
Hoy reconoce que la técnica, la ciencia y la facilidad de adquirir el conocimiento hace que muchos jóvenes no se identifiquen con el reto de dejarlo todo y entregar su libertad a Dios por la causa del Evangelio.
Iglesia latinoamericana
Sobre la visita del papa Benedicto XVI a Brasil, dice que es como reivindicar la fuerza del catolicismo en América Latina, "es una Iglesia que está viva, presente y creciendo a pesar de tantos problemas por los que hemos pasado".
Agrega que la iglesia, se acepte o no, se ha ido secularizando y esto hace que entre en las problemáticas del ser humano. "Le ha tocado enfrentar sus propios mitos, su realidad, su esencia de humanidad, y no estábamos preparados para asumir esos cambios del pueblo contemporáneo. Nosotros siempre hemos mantenido un pie atrás en todo el sentido de la palabra" dice.
Pero no solo ese es el problema, también encuentra que el ateísmo científico continúa con su desafío a la Iglesia, queriéndose apoderar del campo de Dios.
"Es persecución develar el misterio de la fe en nuestra iglesia, pero afortunadamente estamos preparados porque creemos en la verdad absoluta que es Dios . Continuamos afirmando que el ser humano es simplemente un hijo de Dios, no es Dios".
En la Consolata
Ingresó a la comunidad hace 23 años, “para ser misionero e ir por el mundo anunciando el Evangelio”, algo que reafirma cuando dice que esta es una vocación específica “la de no limitar sus pensamientos y sus actitudes a ambientes pequeños, porque hay que verse como un ser universal" y saber que hay muchos que necesitan escuchar la voz de Dios, sobre todo, en lugares difíciles en donde no hay presencia del Estado ni de la Iglesia. Es allí donde están los misioneros de La Consolata, y entre ellos, el padre Carlos.
Afirma que la vocación viene de adentro, “es un llamado muy fuerte del corazón y hace que uno deje la familia, la tierra, la cultura y se abra a lo desconocido, pero con una confianza plena en Dios”.
Capacitar, educar y ayudar a formar hombres y mujeres para que tengan una vida digna es la forma como el padre Carlos ve el servicio a la Iglesia. Por eso está convencido de que el anuncio del evangelio debe ir encaminado plenamente a lo social.
El hijo de Marulanda concluye su charla con una frase que lo compromete con su labor: "La Iglesia debe ser un instrumento que facilite el desarrollo del ser humano, eso es evangelizar".
En pocas palabras
"Nuestra iglesia continúa dando mártires de muchas formas, hay obispos, sacerdotes, diáconos, agentes de pastoral, presos y perseguidos. A pesar de esto ellos continúan firmes en su convicción, para resistir, creer y continuar promulgando la verdad que es Dios".
"Me parece que la Iglesia debe volver al principio fundante que es el evangelio y mirar las actitudes de Jesús para confrontar la propia realidad en cualquier estereotipo que ella se presente".
"La injusticia social está presente en todos los países del mundo, manifestada de diferentes formas. No hay equidad en la distribución de la riqueza de tal manera que los pequeños puedan tener una vida digna. A pesar de ser una utopía nosotros esperamos que haya justicia social".