Era una visión notable pero lo que estos hombres y mujeres no saben es que la iglesia católica, desde hace unos aňos ha venido buscando caminos de acercarse a los afrodescendientes e indígenas. Hablando a los Obispos de América Latina reunidos en Santo Domingo, el Papa Juan Pablo II dijo; “Mirando la realidad actual del nuevo Mundo, vemos pujantes y vivas comunidades Afro-americanas, sin olvidar su pasado histórico, aportan la riqueza de su cultura a la variedad multiforme del Continente. Con tenacidad no exenta de sacrificios contribuyen al bien común integrándose en el conjunto social pero manteniendo su identidad usos y costumbres (Mensaje a los Afro-americanos. DSD N.3.)”.
El Papa ya estaba insinuando algo muy importante. La evangelización no puede ser completa en América latina si va ignorando la cultura de millones de los descendientes de África. La mayoría de ellos ni tienen la consciencia de su riqueza cultural, ni siquiera se acepta como afrodescendientes pero eso no justifica el abandono. El proceso de acompañamiento es urgente para ir salvando unos valores que son importantes tanto para los afro como para toda la comunidad.
En un intento de responder a esta necesidad de reivindicar una cultura tan sufrida, los misioneros y las misioneras de la Consolata hicieron la opción de contribuir con un granito de arena en este proceso. Ha sido un camino difícil y confuso pero de ninguna manera vano. Poco a poco vamos descubriendo lo que el pastor eterno quiere con sus ovejas. Estamos muy conscientes de que hacer camino no es lo mismo que seguir un camino ya hecho. Esta búsqueda llevó a las dos comunidades al primer encuentro de los padres y hermanas que trabajan con los afrodescendientes en América latina para redescubrir, renovar y reproyectar su opción por el Pueblo afro- descendiente.
Dedicamos bastante tiempo a compartir nuestras valiosas experiencias, dónde nos encontramos, con sueños, asombros, sorpresas, errores, entusiasmo, y nuevas ideas. Después de escuchar a todos los hermanos y hermanas, formulamos tres principios que nos ayuden a identificarnos más con este pueblo.
El primero es fortalecer la identidad del pueblo afro, conscientes de las etapas de maduración de nuestra acción misionera al lado de ellos. La pastoral tiene que ayudar al pueblo a mantener viva su raíz y su conciencia. El sistema de educación en Colombia va tomando consciencia de enseñar etnoeducación en las escuelas y colegios y esto apoya nuestro principio. El pueblo afro está vivo y lucha a pesar de un pasado de esclavitud. Supo resistir al genocidio del comercio de los esclavos con su resistencia física, espiritual y cultural: haciendo memoria de los ancestros, conservando su lengua, su arte, su organización social y tesoros espirituales. Esta realidad que fue la que trajeron los africanos que llegaron a América, fue sin duda reelaborada en el contexto de la nueva situación social y política que les tocó vivir. Hoy más que nunca, los afro no pueden ignorar la historia vivida porque es un elemento importante para fortalecer la identidad y construir un futuro mejor. “El que no conoce la historia está condenado a repetirla” recuerda un dicho popular. Tenemos que ir escribiendo todas las actividades y esfuerzos que vamos haciendo. Los Obispos nos apoyan con estas palabras: “La Iglesia reconoce que tiene la obligación de acercarse a estos americanos de origen africano a partir de su cultura, considerando seriamente las riquezas espirituales y humanas de esta cultura que marcan su modo de celebrar el culto, su sentido de alegría y de solidaridad su lengua sus tradiciones (Eclesia in America No. 16),
Hacer visibles los gritos del pueblo afroamericano. Escuchamos atentamente el grito de la Hermana María Flores, una afro de Venezuela quien solo descubrió la grandeza de la mujer negra cuando tuvo la oportunidad de trabajar en un país africano. Ahora María de Flores comparte alegremente su visión como una mujer afro, religiosa y contenta de su identidad.
“La presencia negra en Latinoamérica corre el gran riesgo de mimetizarse detrás del hecho que hoy en día gran parte de la población latina es el fruto de un mestizaje. Esta consideración, manifiesta en la sociedad un racismo sutil que invisibiliza y marginaliza los Afro- desciendientes. La Ideología del mestizaje es un sistema de dominación.
La pregunta ¿de dónde venimos? debe estar a la base de una acción afirmativa en materia de Pastoral Afro-americana, y nuestra acción debe ayudar al afro a mantener viva la llama de su vida y tradición. La pregunta sobre la supervivencia como pueblo, está ligada al conjunto de valores africanos recreados en la nueva realidad del continente. Con el cimarronaje, con el tambor, la danza, con la fuerza que infundía en su conciencia. Los Afros buscaban reconquistar su propia libertad con el cimarronaje dando vida a la Cumbe, Palenques y Quilombos que eran comunidades de vida, de paz y de religiosidad, tanto para los negros como para otros pueblos (Indígenas y blancos pobres y perseguidos). El tambor es parte de su existencia, para vivir necesitan el ritmo del tambor que es el ritmo del corazón: ¡danzo y por esto existo!
Según datos recientes en América latina los Afro son más que 147 millones. La exclusión es una realidad que se constata en los pueblos de América con relación a los Afroamericanos. ¡Estamos invisibilizados!, en la sociedad y en la Iglesia.... somos los grandes invisibilizados del continente que se proclama multi-étnico y pluricultural” es el grito de los pueblos afro descendientes.
Los Afros estan en las zona mas deprimidas y marginadas del país, donde muchas veces no hay agua, luz, cloacas, transporte, educación calificada, salud. La misma sociedad los condena camufladamente a seguir viviendo así.
Tan grave como lo anterior es el Endoracismo: como Afro tenemos, en muchos sitios una inferioridad congénita. Siempre nos consideraron inferiores a nivel humano y de tanto decirlo terminamos para creerlo. Sin embargo no hemos heredado la mentalidad de esclavos. La evangelización pasa por la superación del endoracismo, por el desarrollo social y la solidaridad. Los afro son sujetos de su propia historia y progreso, ocupando el lugar que les corresponde.” Hna Maria Flores.
La pastoral afro es una causa que nos une. Los representantes de los cuatro países presentes, y los de las direcciones generales nos sentimos muy unidos. Surgió además la necesidad de profundizar nuestra comunión y Misión en medio del Mundo Afro. Recrear estas realidades que ha vivido el Pueblo, dio la posibilidad de re-descubrir nuestras presencias misioneras, tanto en el Norte como en el Sur del Continente. Podemos agradecer al Señor, pues nuestros Institutos no han sido indiferentes a estas realidades y en muchos sitios se han hecho opciones muy proféticas que aun hoy iluminan nuestra acción. En los países donde la Iglesia y la sociedad tiene una clara conciencia de los movimientos negros, nuestra acción ha encontrado mayor resonancia, en aquellos lugares donde no ha sido así, los desafíos son aún mayores.
Del análisis que hicimos de nuestra presencia y acción en medio del Pueblo Afro-descendiente, señalamos;
Fortalezas:
Misioneros y misioneras de la Consolata dispuestos a ir y quedarse en las zonas donde reside el Pueblo Afro. La comunión con otras fuerzas eclesiales que trabajan en esta misma pastoral.
Debilidades:
El número de misioneros y misioneras que quieran ir y quedar en estas zonas es aún bajo. Falta de disponibilidad para asumir esta causa y misión. Falta de continuidad en los procesos y proyectos pastorales y formativos.
Oportunidades:
La existencia, en algunos países de centros y lugares de estudio y especialización en este campo. Movimientos sociales, religiosos de negritudes. La fuerza de la espiritualidad. Capacidad de resistencia y resiliencia. La esperanza representada en el mundo juvenil es grande.
Amenazas:
La pobreza económica y la consecuente pobreza educativa. El narcotráfico y la violencia presentes en estas realidades. Programas gubernamentales que no favorecen el desarrollo y la autodeterminación de estos pueblos. La institucionalización de nuestras presencias que conllevan a una falta de opciones proféticas, tan necesarias en los dos Institutos y en la Iglesia del Continente.
Indicamos seis líneas de la acción pastoral entre los afrodescendientes:
1. Formar agentes de pastoral afro: a nivel humano y espiritual, con conciencia histórica y crítica, identidad cultural, amor y compromiso con su comunidad, liderazgo para que ellos y ellas sean promotores de desarrollo y multiplicadores de esta pastoral en sus comunidades.
2. Despertar, sensibilizar y animar a la iglesia local, principalmente donde hay presencia significativa de Afro-descendientes, el deber de hacer una evangelización desde la cultura afro que lleve al encuentro con Jesucristo.
3. Favorecer la continuidad de los procesos de reflexión, conocimiento y profundización de la organización y pastoral y Afro, en trabajos en equipo y animar a los misioneros y misioneras a optar y apoyar seriamente esta pastoral.
4. Promover el conocimiento y reflexión a través de investigación científica sobre la cultura y religiosidad Afro para descubrir el sentido y el significado del patrimonio ancestral, para un nuevo aporte a la liturgia y a otros ámbitos.
5. Promover intercambios de experiencias y proyectos a nivel personal y comunitario entre los misioneros y misioneras de la Consolata, teniendo en cuenta los aportes de los mismos Afro-americanos en los futuros encuentros.
6. Fortalecer y organizar en las circunscripciones y en el continente acciones especificas para hacer visible la pastoral Afro.
También propusimos unas líneas operativas de pastoral afro:
1ª Línea de acción
Animar “los agentes” para participar en la pastoral Afro, y en programas de investigación y reflexión sobre la cultura y religiosidad Afro, apoyándolos económicamente.
Elaborar con los laicos con el apoyo de personas que han hecho un camino de profundización y participación en movimientos afro un plan de formación integral que capacite para una pastoral inculturada.
Trabajar en comunión con las organizaciones de pastoral Afro.
Incentivar programas formativos sobre la historia, cultura, religiosidad Afro.
Realizar cursos bíblicos con lectura contextualizada en la realidad Afro.
Planificar cursos, talleres y oficinas para formar agentes de pastoral.
2ª Línea de acción
Elaborar un proyecto de pastoral Afro basado en los documentos de la Iglesia en America y desde el camino pastoral hecho.
Presentar en las asambleas de circunscripciones y a los obispos el proyecto elaborado, incluyéndolos en los convenios.
Animar, despertar, conscientizar a la Iglesia local con nuestras celebraciones inculturadas, intercambiando nuestras reflexiones.
Impulsar para que en el plan pastoral diocesano la pastoral afro se convierta en una realidad.
Realizar acciones de sensibilización en las comunidades Afro para que sean ellas a despertar y animar su propia liturgia inculturada, teniendo en cuenta en las celebraciones los valores, instrumentos, símbolos propios de la cultura afro.
3ª Línea de acción
Recoger y sistematizar el material ya existente en las comunidades y en las circunscripciones.
Sensibilizar a los misioneros(as) de las circunscripciones en las asambleas y conferencias y demás oportunidades para que opten y apoyen la pastoral afro y se vuelva una opción de todos (as).
A nivel comunitario: Organizar un programa de pastoral afro para facilitar un trabajo de unidad de intentos.
A nivel personal: Empeño en el conocimiento de la cultura a través de un diario, adonde se escriban y relaten los hechos importantes de la cultura.
A nivel general y de circunscripción: identificar misioneros y misioneras que se comprometan con la pastoral Afro, ofreciéndoles preparación sistemática y de apoyo.
4ª Línea de acción
Conocer y propiciar la vinculación a los centros y proyectos de investigación científica que se hacen sobre cultura y religiosidad afro.
5ª Línea de acción
Una vez al año las circunscripciones realicen con los misioneros, misioneras y agentes de pastoral, encuentros de intercambio y reflexión de las experiencias de Pastoral Afro.
Los misioneros(as) participen en los encuentros Afro a nivel diocesano, nacional y continental (EPA’s).
A nivel de iglesia local: promover y realizar encuentros con los obispos, religiosos (as), párrocos y grupos de base y evaluarlos.
6ª Línea de acción
Nombrar un coordinador y una coordinadora a nivel de circunscripción
El consejero y la consejera continental de America estimulen y acompañen la pastoral Afro en el continente.
Promover proyectos significativos para una formación profesional, basada en los recursos locales para que eleve la dignidad humana.
Promover e incentivar proyectos concretos de desarrollo que promuevan la vida de las comunidades.
Teniendo en cuenta la realidad de nuestras presencias y las opciones hechas hasta el momento entre nosotros (as), creemos que es necesario visibilizar, priorizar y fortalecer a nivel de circunscripciones y continente nuestra opción con la Pastoral Afro.
Muchos hombres y mujeres están haciendo esfuerzos de acompañar al pueblo afro en Colombia y en América. Esperamos que este intento de los misioneros de la Consolata les de un granito de arena para aclarar este camino tan necesario en la evangelización de América. Invitamos a todos y a todas a “entrar en el alma de la cultura negra para anunciar el Evangelio que fortalece y transforma sus valores, expresiones e instituciones; encarnarlo para introducir a nuestro pueblo negro plenamente en la comunidad de la Iglesia”. (Cfr. Concilio Plenario de Venezuela, Proclamación Profética del Evangelio de Jesucristo, Nro. 88) ¡Que viva el negro en América! ¡Que viva!